ROMA, jueves, 23 junio 2005 (ZENIT.org).- Con un decreto del pasado 4 de junio, el cardenal Zenon Grocholewski –prefecto de la Congregación vaticana para la Educación Católica– ha nombrado a Zdzislaw Kijas, OFMConv. presidente de la Pontificia Facultad Teológica «San Buenaventura» de Roma, de la Orden de los Frailes Menores Conventuales (franciscanos) (www.ofmconv.org).
De 45 años, el padre Zdzislaw Kijas, de la provincia polaca de San Antonio, es licenciado en Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma; se doctoró en la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica).
Es profesor en la Pontificia Academia de Teología de Cracovia y en numerosos seminarios mayores de Institutos religiosos de la capital polaca. Es pro-decano de la Facultad de Teología de la Pontificia Academia de Teología de Cracovia, y director del Instituto de Diálogo y Ecumenismo y del Centro de Estudios Franciscanos en esa Facultad.
El nuevo presidente del «Seraphicum» es miembro de la comisión de la Iglesia Católica para el diálogo con la Iglesia veterocatólica en Polonia. Ha escrito más de veinte libros, ha colaborado en otra treintena de publicaciones y es autor de unos 150 artículos científicos, entre otros.
El «Seraphicum» de Roma confiere en Teología los grados académicos de bachillerato, licenciatura –con especialización en Cristología, en Espiritualidad Cristocéntrica Franciscana y en Franciscanismo– y doctorado.
En tiempos modernos, sus aulas acogieron a San Maximiliano María Kolbe y recibieron la visita de Pablo VI (en 1974) y Juan Pablo II (en 1986).
La Facultad Teológica San Buenaventura, erigida el 24 de enero de 1905 en el Colegio Seráfico Internacional de los Frailes Menores Conventuales en Roma, tanto por su origen como por su ininterrumpida tradición, se vincula directamente con los antiguos Estudios Generales universitarios de la Orden, llamados después Colegios.
Fundada en 1209 por San Francisco de Asís, la Orden de los Frailes Menores, a la que a partir de 1250 se añadió el nombre específico de Conventuales, desde sus inicios cultivó y promovió para todo tipo de apostolado el estudio de las ciencias sagradas, tras el ejemplo de San Antonio de Padua –el Doctor Evangélico— y del Doctor Seráfico, San Buenaventura de Bagnoregio.
Los estudios «académicos» dieron comienzo siendo general fray Elías de Asís, cuando Alejandro d’Hales fundó el Estudio General de Teología en el convento de París que, agregado a la célebre Universidad, se convirtió en el principal de la Orden franciscana conventual (1236-1502).
Por aquella época se abrieron otros Estudios Generales universitarios en Inglaterra, el de Oxford y el de Cambridge, célebres como el de París por ilustres maestros, como el beato franciscano escocés Juan Duns Scoto.
En la segunda mitad del siglo XIV otros Estudios Generales –Tolosa, Bolonia, Padua, Colonia, Florencia, Perusa, Siena, Salamanca— fueron igualmente universitarios, esto es, incorporados con los mismos estatutos como secciones constitutivas o asociadas a la Facultad de Teología de las Universidades públicas que se iban erigiendo en las citadas ciudades y en otras de Europa.
Por la continua promoción de las ciencias filosóficas y teológicas entre los Frailes Menores Conventuales, de los 8 Estudios Universitarios de 1373 se pasó a 16 en 1437 para la consecución de los grados académicos.
Desde las primeras décadas del siglo XVI, entre las turbulencias de la época y las devastaciones y guerras de religión, trastornada en parte esta compacta red académica, los Estudios franciscanos, también por razones económicas y de autonomía, se separaron en gran parte en varias ciudades de los vínculos externos de las universidades públicas.
Continuando en los propios Estudios Generales los cursos académicos habituales, los mejores bachilleres podían obtener la licenciatura directamente de la Santa Sede. El Papa Pío IV en 1561 concedió al ministro general de la Orden la facultad de conferir directamente la licenciatura.
Esta concesión se institucionalizó mejor en 1587 con la erección del Colegio de San Buenaventura en Roma, y más ampliamente en las nuevas Constituciones Urbanas de 1628, que fijaron con el nombre entonces habitual de Colegios o Facultades Teológicas autónomas 8 Estudios académicos para el otorgamiento de la licenciatura en Teología a los bachilleres de la Orden.
De estos el más importante fue siempre el Colegio San Buenaventura o Pontificio Colegio Sixtino y Seráfico, fundado en Roma por Sixto V con la Constitución Apostólica «Ineffabilis divinae Providentiae». Se le prescribió en particular el estudio del pensamiento de San Buenaventura.
Pero con las supresiones religiosas de entonces, el Colegio, en 1873, tuvo que interrumpir su fecunda actividad académica.
Mientras tanto, para que se pudiera seguir ofreciendo como antes esta formación académica a la juventud de toda provincia franciscana y nación en la ciudad de roma, en 1894 fue erigido el nuevo Colegio Seráfico Internacional, al que el Papa San Pío X, en 1905, le añadió la Facultad Teológica para la licenciatura de los mejores alumnos.
Aprobados los Estatutos según la Constitución apostólica de Pío XI «Deus scientiarum dominus» de 1931, cuatro años después la Congregación para los Seminarios y Universidades confirmaba la misma Facultad con el título añadido de «Pontificia». Ésta, en honor a su patrón, con decreto de 1955 de la misma Congregación, tomó el nombre de Pontificia Facultad Teológica «San Buenaventura».
Con los nuevos Estatutos según las normas postconciliares de la Congregación para la Educación Católica y aprobados en 1973, se permitió el acceso a los cursos y grados académicos de la Facultad también a estudiantes externos, eclesiásticos y laicos.
Más información en www.seraphicum.edu .