HOHHOT, miércoles, 8 junio 2005 (ZENIT.org).- Tras sufrir dos años cáncer de huesos, el pasado 25 de mayo murió el obispo de la archidiócesis de Hohhot, en Mongolia interior (China Continental), monseñor Giovanni Wang Xixian, a los 79 años de edad.
El prelado había nacido en una familia católica el 21 de mayo de 1926. Fue ordenado sacerdote en 1953 y desarrolló su labor como profesor del seminario diocesano hasta 1957, año en que fue arrestado.
Después de 21 años de cárcel y de trabajos forzados, en 1980 volvió a su desempeñar su ministerio en la catedral y a enseñar en el seminario.
El 24 de junio de 1997 fue ordenado obispo.
Quien le conoció da testimonio de que el obispo Wang fue un hombre muy bueno, de una vida espiritual edificante, respetado y amado por todos –se hace eco «Fides», de la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos–. En los años de la Revolución Cultural se mantuvo siempre fiel a Cristo y a la Iglesia.
En los dos años de enfermedad fue amorosamente asistido por fieles de la comunidad católica, agradecidos por su labor de reconciliación.
Cuando se dijo al prelado que el Papa Benedicto XVI estaba al corriente de su enfermedad, que le bendecía y oraba por él, el obispo Wang susurró: «No soy digno de tal consideración».
Los católicos de la archidiócesis de Hohhot superan los 50 mil. La circunscripción eclesiástica cuenta actualmente con 50 sacerdotes jóvenes, un centenar de religiosas y 40 seminaristas, y registra un aumento de vocaciones religiosas masculinas y femeninas.
Los funerales por el obispo Wang se celebraron el 31 de mayo en la catedral del Sagrado Corazón de Jesús en Hohhot.