LUGANO, lunes, 6 junio 2005 (ZENIT.org).- Un referéndum celebrado en Suiza este domingo aprobó con el 58,03% de los sufragios favorables un régimen jurídico que ofrece a las parejas homosexuales algunos de los derechos propios del matrimonio, aunque no permite la adopción de niños.
La consulta popular ha aprobado la creación del Pacto Civil de Solidaridad (PAC) por el que las parejas del mismo sexo registradas gozarán de ventajas propias de los casados en cuestiones como impuestos, derechos de sucesión, seguros sociales y jubilación.
Los obispos católicos habían invitado con un comunicado durante la campaña a votar contra esta propuesta, pues considera que promueve equívocos al equiparar el matrimonio con otros tipos de convivencia.
El obispo de Lugano, monseñor Piergiacomo Grampa, en declaraciones a «Radio Vaticano» este lunes reconoce que «los obispos no se hacían ilusiones sobre el resultado del referéndum sobre el PAC. Hay que tener en cuenta la proporción entre católicos y protestantes en el país, y la indicación dada por la Federación de las Iglesias Reformadas a favor del «sí»».
«Entre los siete cantones que han rechazado la ley, uno sólo es de mayoría protestante: los otros seis son de clara mayoría católica», explica.
La diócesis de Lugano, por ejemplo, de lengua italiana, «votó según las indicaciones de los obispos y esto me da mucho gusto».
Tras Bélgica, España y Holanda, ahora Suiza toma medidas para introducir en Europa el erróneamente llamado «matrimonio» homosexual.
«Más que el concepto de familia, está a la deriva el planteamiento ético de Europa –aclara el obispo–. Sobre todos estos problemas –desde el aborto hasta las células embrionarias madre, desde la eutanasia hasta la reglamentación de las parejas homosexuales– estamos a la deriva porque falta una formación fundamental ética».
«Por tanto –concluye–, tentemos que preocuparnos de formar la conciencia de los europeos antes de que se llegue a este tipo de votaciones, de lo contrario se dará una progresiva disgregación de un patrimonio de valores que han caracterizado la vida durante casi dos mil años».