CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 5 junio 2005 (ZENIT.org).- Benedicto XVI considera que el aumento de divorcios y uniones irregulares constituye un llamamiento a los cristianos para que testimonien el evangelio de la vida y de la familia.
El pontífice analizó este sábado las dificultades que atraviesa la familia al encontrarse con una peregrinación de diócesis de Verona (Italia), que han peregrinado a Roma en acción de gracias al finalizar su sínodo diocesano.
Después de haber escuchado el saludo del obispo de la diócesis, monseñor Flavio Roberto Carraro, en el Aula Pablo VI del Vaticano, el Santo Padre reconoció que la familia ha sido uno de los temas principales del encuentro, «así como de las orientaciones pastorales de la Iglesia, en Italia y en todo el mundo».
En general, constató, «han aumentado los divorcios y las uniones irregulares, y esto constituye para los cristianos un urgente llamado a proclamar y testimoniar en toda su plenitud el evangelio de la vida y de la familia».
Recordando la enseñanza del Concilio Vaticano II («Gaudium et spes», 48), el obispo de Roma recordó que «la familia está llamada a ser comunidad íntima de vida y de amor, pues está fundada sobre el matrimonio indisoluble».
«A pesar de las dificultades y de los condicionamientos sociales y culturales del actual momento histórico, los esposos cristianos deben ser con su vida un signo del amor fiel de Dios, deben colaborar con los sacerdotes en la pastoral del noviazgo, de las parejas jóvenes, de las familias y en la educación de nuevas generaciones», concluyó.