El pontífice, tras rezar el Ángelus, aseguró que con su petición une su voz no sólo a la de los ciudadanos italianos, en particular su presidente, Carlo Azeglio Ciampi, sino también a la del pueblo afgano.
«Que la dolorosa experiencia que nuestra germana está viviendo sirva de estímulo para buscar con todos los medios el pacífico y fraterno entendimiento entre los individuos y las naciones», afirmó el Papa.
Clementina Cantoni, que trabaja para la organización humanitaria Care International, dedicándose en particular a la asistencia de viudas afganas, fue secuestrada por cuatro hombres armados en el centro de la capital del país.
Hasta ahora han fracasado los intentos de alcanzar la liberación de la joven mujer, cuyo secuestro ha vuelto a sembrar preocupación entre los cerca de dos mil extranjeros presentes en Kabul.