JOHANNESBURGO, 12 abril 2002 (ZENIT.org).- La Conferencia Episcopal de Sudáfrica (SACBC) hizo público este jueves un comunicado en el que expresa su «profundo pesar porque el Gobierno haya elegido llevar adelante la segunda parte del programa de armamento» desguarneciendo así su inversión en servicios sanitarios.
El cardenal Wilfrid Napier, presidente de la SACBC, declaró: «Esperábamos que el Gobierno hubiera elegido proteger las vidas de nuestros ciudadanos a través de una mayor erradicación de la pobreza, tratamiento del sida-VIH, y la prevención del crimen en lugar de comprar más armas».
«Sin embargo –añadió–, los amplios llamamientos de todos los sectores sociales para que se abandonen el segundo y tercer tramo del programa de armamento han sido rechazados. Nos sentimos muy en desacuerdo con esta decisión».
En el pasado, dice el comunicado, «las Iglesias repetidas veces pidieron información sobre el proceso que llevó a una decisión sobre el segundo tramo del programa, pero esta no fue tomada por el Departamento de Defensa».
«El departamento indicó sólo esta última semana que estaban compilando y clarificando la información requerida. Las noticias de la aprobación del segundo tramo a pesar de todo ha sido una infeliz sorpresa que contradice la transparencia y la democracia participativa», denunció el purpurado.
«Los esfuerzos para renovar las bases sociales y morales de nuestra sociedad –explican los obispos sudafricanos–, no tendrán éxito si éste es el tipo de opciones fundamentales que hacemos como sociedad».
«Esta decisión no inspira confianza en que el «New Partnership for Africa’s Development» (NEPAD) (Nuevo Pacto para el Desarrollo de África) se caracterizará por centrarse en la construcción de la paz, erradicación de la pobreza y la participación democrática», denuncian.
«El programa de armamento –afirma el comunicado episcopal– ha sido arrolladoramente rechazado por los ciudadanos de Sudáfrica desde su inicio. Ha sido desacreditado a través de las actuales controversias sobre el proceso que lo ha decidido. El coste financiero del programa se ha elevado consistentemente y aumentará drásticamente la futura deuda exterior de Sudáfrica».
Por consiguiente la SACBC «reitera el llamamiento de las iglesias al Gobierno para que cancele las opciones restantes del programa».