BUENOS AIRES, 18 abril 2002 (ZENIT.org).- La imposibilidad de disponer de los fondos propios a raíz de las medidas económicas que derivaron en el famoso «corralito», provocó que el resultado de la colecta argentina para Tierra Santa del año 2001 no pudiera ser enviado al país de Jesús para seguir manteniendo vivos los santuarios y la cada vez menor presencia de cristianos, en medio de una dramática situación.
En diálogo con la agencia católica Aica, el comisario de la Custodia de Tierra Santa en Argentina, padre Cosme Polizio, contó que dos días antes de conocerse las medidas impuestas por el ex ministro de Economía Domingo Cavallo, se realizaron los trámites correspondientes para transferir el dinero a su destino, «pero desde Jerusalén me dijeron que no habían recibido nada, a pesar de que tenemos todos los comprobantes en nuestro poder».
La incautación de los depósitos sorprendió a la operación en pleno desarrollo, por lo que quedaron bloqueados a raíz de las nuevas disposiciones. Además de la resignación, al sacerdote le queda una duda: «¿es que las autoridades de ese banco ya sabían dos días antes de las medidas que iban a dictarse?».
«Cuando habíamos hecho la transferencia para mandar el dinero equivalente en dólares –revela–, a los dos días nos encontramos con la noticia de que Cavallo había implantado el corralito. Cuando fui al banco me dijeron que la plata había quedado bloqueada por las nuevas normas».
No hubo forma de solucionar el asunto, a pesar de que estaba especificado que el dinero tenía fines solidarios. «No presentamos recurso de amparo porque nos pareció que no conduciría a nada, que no valía la pena. Si teníamos éxito, debíamos pagar entre el 10 y el 20% al abogado, pero no había ninguna garantía de éxito», cuenta con descreimiento.
Ahora la devaluación de la moneda argentina ha reducido la cantidad a casi un tercio del monto original (120.000 dólares). El total de lo recaudado en la colecta era de 150.000 dólares, pero con anterioridad se habían girado unos 30.000. Ahora el dinero integra un plazo fijo que no se puede tocar y que recién será devuelto en cuotas a partir del año que viene.
El padre Polizio ya anunció que se juntará con lo que se obtenga por la colecta de 2002, efectuada el último Viernes Santo con el lema «Tierra Santa: sigue el calvario». Un calvario al que contribuyen decisiones económicas que son una verdadera Cruz para los sufridos ahorristas.
