ROMA, 7 marzo 2003 (ZENIT.org–Avvenire).- Dos artistas, un director de cine y el primer actor que ha recitado «Tríptico romano», analizan el libro de Juan Pablo II de poesías, presentado este jueves en el Vaticano.
Krzysztof Zanussi, director de cine polaco de 63 años de edad, amigo personal de Juan Pablo II, no ha quedado sorprendido por la publicación de esta obra escrita en polaco.
«Muchos grandes poetas líricos han dejado de escribir al llegar a la edad madura», explica Zanussi. En el caso del Papa «se trata de un regreso a la poesía de un hombre anciano, lo que implica un aspecto muy lírico, personal, lleno de sentimientos profundos».
El director de cine recuerda que el libro ha sido escrito después de regresar de su viaje a Polonia a mediados de agosto pasado.
«Cuando un hombre de edad avanzada visita los lugares de la infancia y de la juventud, vive siempre un encuentro muy sentimental», explica.
Comentando el texto, el director aclara: «Hablar de un Papa, prisionero del Vaticano, que sueña con manantiales de agua y arroyos, sería una interpretación muy superficial. Se trata de un regreso al concepto del poeta, guía espiritual de la nación, típico de la Polonia del siglo pasado».
«Pero los contenidos son universales –añade–, como la tradición de la Iglesia católica, que no se identifica con ninguna nación. La referencia a la Capilla Sixtina, patrimonio de toda la humanidad, es una señal de la universalidad de la inspiración».
Para Zanussi, para el obispo de Roma «es un acto de gran humildad presentar una obra de carácter artístico, en la que no se da la infalibilidad del Papa, sino que se presenta como un poeta que puede ser juzgado como todos los demás».
El actor italiano que recitó este jueves los versos del Papa en la Sala de Prensa vaticana en la presentación oficial, Nando Gazzolo, considera que el libro «está a la altura de Karol Wojtyla Papa».
«Es un artista. Y esto, desde mi punto de vista, hace de él un Papa aún más grande. No hay que olvidar, de hecho, que es un don de Dios el poder expresarse a través del arte».
Hablando de su experiencia de recitación, Gazzolo revela que «hay música en los versos, pero esta música emerge automáticamente, no hay necesidad de subrayarla en la recitación».
«Lo importante era subrayar el contenido, pues en los versículos escritos por el Papa es importantísimo». De hecho, reconoce, ésta es la gran dificultad que plantea la poesía de Juan Pablo II.
«Volveré a leer en mi casa durante mucho tiempo este texto –concluye–. Es más, todavía estoy emocionado, pues estos versos comunican realmente mucha emoción. Para un actor constituyen una prueba muy comprometedora».