GUATEMALA DE LA ASUNCIÓN, 14 mayo 2003 (ZENIT.org).- Al término de su Asamblea Plenaria Extraordinaria y con vistas al proceso electoral que está a punto de comenzar, los obispos guatemaltecos han difundido un mensaje en el que ayudan a discernir la participación que corresponde a los fieles en la acción política y ofrecen criterios para votar con responsabilidad.
El próximo proceso electoral encuentra a Guatemala marcada por la inseguridad ciudadana, la violencia generalizada, el narcotráfico, el deterioro de la calidad de vida –especialmente en el campo–, la ingobernabilidad a causa de la corrupción, el acoso a los defensores de los derechos humaos y la vulnerabilidad del sistema judicial, según reconocen los prelados.
Ante este panorama, los obispos guatemaltecos recuerdan «los pilares que Juan Pablo II –en el 40º aniversario de la Encíclica “Pacem in terris” de Juan XXIII– propone como fundamento de paz: la verdad, la libertad, la justicia y el amor».
Además, en su mensaje –fechado el viernes pasado en Guatemala de Asunción–, subrayan que «los fieles laicos no pueden renunciar a la responsabilidad de la participación política que les corresponde, entendida como la multiforme actividad económica, social, legislativa, administrativa y cultural, destinada a promover orgánica e institucionalmente el bien común».
Aunque muchos desconfían del proceso electoral, éste es una «ocasión para reafirmar la dignidad de la persona y el Estado de Derecho». Por eso los obispos guatemaltecos insisten en que el voto se ejerza desde una conciencia recta.
Ésta debe privilegiar «la promoción de la dignidad humana, el bien de orden público, la justicia, la paz y la convivencia pacífica entre los sectores sociales, la libertad e igualdad, el respeto a la vida y al ambiente, así como la solidaridad hacia los más necesitados».
Los prelados recuerdan igualmente la exigencia moral de votar por la persona o partido que garantice efectivamente la defensa de los derechos humanos, «principalmente el derecho a la vida», que respete los Acuerdos de Paz y que presente un programa de gobierno realista y trasparente.
El episcopado guatemalteco hace un llamamiento a todos los ciudadanos a rechazar todo lo que implique la compra-venta de votos, la manipulación de la ignorancia de la realidad nacional y el «ejercicio de fundamentalismos religiosos falsamente cristianos».
«Igualmente urgimos a rechazar que en este período se utilicen la ofensa, la violencia, la rapiña y la mentira como medio de capitalizar al voto popular. Tales realidades contribuyen al desencanto, a la frustración y a la apatía en la participación política que tanto daño hacen a la Nación», concluyen.