CIUDAD DEL VATICANO, 12 abril 2002 (ZENIT.org).- El presidente de Angola Eduardo dos Santos ha pedido en una carta a Juan Pablo II y a toda la Iglesia católica que ayuden al país a salir de la crisis humanitaria en la que se encuentra sumido.
La misiva se remonta al pasado 18 de marzo pero sólo ahora ha sido hecha pública, según informa la agencia misionera Misna.
En el texto, el jefe del Estado angoleño define los recursos nacionales como «completamente insuficientes» para afrontar la pesada herencia (4 millones de evacuados, más de 100.000 personas mutiladas y al menos 50.000 huérfanos) dejada por 37 años de guerra civil, así como para emprender una reconstrucción eficaz del país, ahora que finalmente se ha logrado la paz.
«Esperamos que la Iglesia católica pueda ayudarnos a movilizar los recursos necesarios para financiar los esfuerzos que el Gobierno angoleño tiene previsto hacer para construir un futuro mejor en el que reinen la justicia, la paz y el respeto por los derechos humanos», concluye Dos Santos.
La Iglesia en Angola es la más antigua del Africa subsahariana y en el país ha desempeñado siempre un papel muy importante, representando a menudo el único punto de referencia tanto para la población como para los diversos actores políticos, institucionales o no.
El mismo Jonas Savimbi (el histórico fundador del movimiento guerrillero UNITA, muerto en batalla en la provincia de Moxico el pasado 22 de febrero), en mayo de 2001, había enviado una carta en la que invitaba a los obispos a relanzar un diálogo útil para pacificar el país.
«La Iglesia católica –decía Savimbi–, gracias a su vocación divina y la experiencia de muchos siglos puede crear un clima de confianza entre los angoleños, divididos por razones muy profundas».
La semana pasada, una ceremonia oficial ha marcado el fin de la guerra civil en el país africano que duraba desde 1975, año de la independencia de Portugal.
