SAN MIGUEL, 14 noviembre 2001 (ZENIT.org).- El arzobispo de Paraná y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Estanislao Karlic, ha instado a su país a «reconocer los pecados, con arrepentimiento sincero y con propósito firme de cambio de conducta, para abandonar toda corrupción moral en la familia y en la sociedad, en la economía y en la política».
El prelado pronunció estas palabras en plena crisis financiera argentina durante la misa de apertura de la 82 Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal, que se celebra del 13 al 15 de noviembre en San Miguel.
Monseñor Karlic consideró que «aunque nuestros males son profundos y prolongados, no por ello ha cambiado nuestro destino divino. Estamos siempre ante el misterio de iniquidad del pecado y el misterio de piedad de la misericordia de Dios. Es el combate espiritual que debemos enfrentar individuos y pueblos».
El arzobispo expresó el compromiso de los obispos de ser «servidores de Dios, de sus sacramentos, signos e instrumentos de su misericordia, para que Argentina sea cada vez más una nación de hermanos».
«Nuestro servicio del Evangelio –puntualizó monseñor Karlic– quiere proclamar la verdad de que el Hijo de Dios se hizo hombre para que el hombre se haga hijo de Dios y, viviendo en la gran familia de hermanos que es la Iglesia, transmita los grandes valores humanos y cristianos de fraternidad y solidaridad a la sociedad que lo rodea».
Concluyó afirmando que «solamente una solidaridad basada en el amor y fruto del mismo ofrecerá esperanza de un fundamento estable a la construcción de una sociedad justa y fraterna».
