Armenia conmemora el centenario del genocidio

Los presidentes Putin y Hollande asistieron este viernes a los actos en Ereván. Cientos de miles de personas participan en ceremonias alrededor de todo el mundo

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Armenia conmemoró este viernes el centenario del genocidio de millón y medio de armenios bajo el Imperio Otomano en presencia de los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y Francia, François Hollande.

La ceremonia tuvo lugar en el complejo conmemorativo de Tsitsernakaberd, situado en una colina a las afueras de Ereván, donde primero los mandatarios y después decenas de miles de armenios venidos de todo el mundo rindieron memoria a las víctimas.

En el monumento arde la llama eterna en recuerdo de los armenios que perecieron en las matanzas y deportaciones, en lo que el papa Francisco definió hace unos días como «el primer genocidio del siglo XX», lo que desató las iras de Turquía.

El recinto incluye un museo con fotografías realizadas hace cien años por el alemán Armin Vegner, testigo de excepción del genocidio cuando servía como soldado y médico en Siria y Mesopotamia durante la Primera Guerra Mundial. La tradición dice que los mandatarios que visitan el monumento conmemorativo del genocidio armenio deben plantar un árbol en recuerdo de las víctimas.

Al acto también asistieron representantes de los Gobiernos de otros países, como Estados Unidos, Alemania y Argentina, que contó con la presencia del ministro de Exteriores, Héctor Timmerman.

Las víctimas del genocidio fueron proclamadas ayer mártires de la Iglesia Apostólica Armenia en una ceremonia solemne. «Más de un millón de armenios fueron deportados, asesinados, torturados, pero siguieron fieles a Cristo», dijo el patriarca Karekin II durante la celebración.

Al término de la ceremonia, se guardó un minuto de silencio y las campanas redoblaron en las iglesias de Armenia, así como en varios templos en Nueva York, Madrid, Berlín, Venecia y París.

Los armenios acusan a las autoridades otomanas de planificar la aniquilación sistemática de su pueblo, que habría comenzado simbólicamente el 24 de abril de 1915 con la detención de varios cientos de intelectuales en Constantinopla, capital del imperio.

El líder armenio, Serge Sargsián, instó esta semana al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, a aprovechar la simbólica fecha para normalizar las relaciones entre ambos países, es decir reconociendo el genocidio y abriendo la frontera común.

Al respecto, Putin aseguró que el genocidio armenio «es uno de los acontecimientos más terribles y dramáticos en la historia de la humanidad» y subrayó que el exterminio por motivos étnicos no puede ser justificado.

Con motivo de las conmemoraciones del centenario, el presidente Erdogan expresó sus condolencias a los descendientes de las víctimas del Imperio Otomano: «En este día, que tiene un significado especial para nuestros ciudadanos armenios, recuerdo con respeto a aquellos armenios otomanos que perdieron la vida bajo las condiciones de la Primera Guerra Mundial», declaró el mandatario en un mensaje enviado al Patriarcado Armenio de Constantinopla, y que fue remitido a ZENIT por la embajada de Turquía en Roma, reiterando así la posición de Ankara, que considera a los muertos como víctimas de la Primera Guerra Mundial. Y concluye: «Reconocemos los tristes sucesos sufridos por la comunidad armenia en el pasado y compartimos su dolor». 

Homenajes, actos y conferencias recordarán, a lo largo de este año, los sucesos de hace un siglo, tanto en la República de Armenia, situada en el Cáucaso sur, entre Asia y Europa, como en todos aquellos países donde viven armenios o sus descendientes, que son muchos: en Armenia viven tres millones de personas, pero la diáspora está formada por más del doble, y es muy numerosa en países como Rusia, Francia, Líbano o Argentina.

(IDV) (HSM)

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Iván de Vargas

Profesional de la comunicación con más de 15 años de experiencia en la información religiosa. A lo largo de su dilatada trayectoria, ha desempeñado diferentes responsabilidades: delegado diocesano de Medios de Comunicación Social de Córdoba y director de la Revista Primer Día; director de comunicación de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM); redactor jefe del Semanario Alba, y responsable de comunicación de María Visión España, donde ha dirigido y presentado diferentes programas de TV. Asimismo, ha sido colaborador de diferentes medios de comunicación nacionales e internacionales (Cadena Cope, Popular TV, Intereconomía TV, Radio Intereconomía, La Nación, Trámite Parlamentario y Municipal, Radio Inter, Radio María, Semanario Alfa y Omega, Avvenire, etc.). En este tiempo, ha estado especialmente vinculado a la cobertura informativa de las actividades del Papa y la Santa Sede. Actualmente es redactor de la agencia ZENIT. También es miembro fundador de Crónica Blanca y socio de la Unión Católica de Informadores y Periodistas de España (UCIP-E).

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