Balance del Papa de su viaje a Ucrania

Intervención del Santo Padre antes de rezar el «Angelus»

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CIUDAD DEL VATICANO, 29 junio 2001 (ZENIT.org).- El viaje de Juan Pablo II a Ucrania buscaba relanzar el camino hacia la unidad plena entre ortodoxos y católicos para que Europa pueda respirar con sus dos pulmones, el de Oriente y Occidente.

Lo volvió a recalcar este viernes el mismo pontífice al hacer un breve balance de su viaje internacional número 94, que tuvo lugar del 23 al 27 de junio, al dirigir la oración mariana del «Angelus» con motivo de la fiesta de la diócesis de Roma, San Pedro y San Pablo.

Ofrecemos a continuación las palabras que pronunció el Papa a los peregrinos congregados en la plaza de San Pedro.

* * *

Queridos hermanos y hermanas!

1. Hace dos días regresé de Ucrania y el rezo del «Angelus» me ofrece la oportunidad de dar las gracias a la Virgen María por el gran don de este viaje apostólico. Visitar Ucrania, histórico puente entre Oriente y Occidente, era para mí una meta esperada desde hace mucho tiempo y preparada en la oración. El haberla podido realizar, constituye ahora una confirmación ulterior de un designio providencial: que la Iglesia en Europa pueda volver a respirar con sus dos pulmones para que todo el continente experimente una nueva evangelización.

La acogida de los fieles ucranianos ha sido verdaderamente cálida y conmovedora. A todos dirijo mi cordial agradecimiento.

2. Con el espíritu ecuménico que ha caracterizado la peregrinación a Grecia así como la que acabo de concluir, estoy muy contento de poder acoger hoy en Roma la delegación del patriarcado de Constantinopla, que asistirá a la solemne Eucaristía, que tendrá lugar esta tarde a las 18:30, en el atrio de la Basílica de San Pedro. ¡Bienvenidos! La casa de Pedro os acoge con estima y cariño. Con igual cariño saludo a los 36 arzobispos metropolitanos, nombrados en el último año, que en el curso de la santa misa recibirán el palio.

Mi saludo se extiende a también a los numerosos obispos nombrados en el curso del año, venidos a Roma para participar en las jornadas de estudio, promovidas por la Congregación para los Obispos. Deseo de corazón que esta pausa ante los restos de los Apóstoles les den luz y aliento para un mejor ejercicio de su servicio pastoral.

3. Nos dirigimos ahora a María Santísima con la oración del «Angelus». Rezo con particular afecto a la Virgen María por todos los romanos, en la fiesta de sus santos patronos. Que su fe sea robusta como la de Pedro y rica de empuje apostólico como la de Pablo. Sólo así, queridos cristianos de Roma, seréis sal y luz de esta ciudad, y podrá así seguir estando a la altura de su misión espiritual, también en esta significativa fase de su historia.

[N.B.: Traducción del italiano realizada por Zenit]

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ZENIT Staff

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