Cerca de 200.000 personas acompañarán al Papa en Compostela

El reto: que todos puedan ver a Benedicto XVI

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SANTIAGO DE COMPOSTELA, miércoles 3 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Unas 200.000 personas, según las estimaciones del Ayuntamiento de Compostela, acompañarán al Papa Benedicto XVI en su primera visita a Santiago de Compostela, para dar el tradicional “abrazo” al Apóstol.

Una ciudad medieval y cargada de historia, cuyo casco histórico se verá literalmente inundado de gente el próximo sábado (la población de la ciudad no llega a los 100.000 habitantes), procedentes de toda Galicia, España y el vecino Portugal, principalmente.

Precisamente el reto, según explican fuentes de la organización, ha sido que “todos puedan ver al Papa”, para lo cual se ha puesto en marcha un dispositivo a lo largo de todo el recorrido papal, ya que los lugares principales del encuentro, la catedral y la Plaza del Obradoiro, tienen una capacidad muy limitada: no llega a 8.000 personas.

Para eso, se han dividido en sectores los 11 kilómetros de carretera que separan el aeropuerto del casco histórico de Santiago.

Por allí pasará lentamente la comitiva papal el sábado por la mañana, tras la ceremonia de bienvenida en el aeropuerto. Cada parroquia de la diócesis tiene asignado un puesto en el recorrido, así como el resto de diócesis gallegas y españolas.

Para poder seguir la visita, y dado que la entrada a la plaza y a la catedral no será libre por motivos de seguridad, se han instalado diez grandes pantallas en varios puntos de la ciudad: Catedral, Quintana, Obradoiro, Iglesia de San Martín Pinario, Cervantes, Toural, Alameda, Área Central, Plaza Roja y La Salle.

Números

Esta visita del Papa a Santiago será histórica también en cuestión de números, ya que en un solo día, acudirán a Santiago casi tantos peregrinos como lo han hecho durante todo este año 2010.

Según las estadísticas publicadas por el arzobispado, en los últimos treinta años, el crecimiento del número de peregrinos ha sido exponencial, pasando de apenas 2.500 entre 1985 y 1986, a los casi 260.000 peregrinos que han visitado Santiago este año 2010 contando hasta octubre.

Después de éste, el año de mayor afluencia de peregrinos había tenido lugar en el Año Santo 2004, con casi 180.000 personas.

Por tanto, se trata de un acontecimiento histórico que ha supuesto un enorme despliegue de recursos tanto por parte de las diócesis como de las instituciones civiles.

Habrá cerca de 500 voluntarios entre la plaza del Obradoiro, la catedral y otros dos puntos de la ciudad. Además, se ha puesto en marcha un dispositivo de Protección Civil para asistir a los peregrinos que esperan al Papa en el recorrido por carretera.

También se desplegarán las fuerzas de seguridad: alrededor de 4.600 policías, y 1.200 miembros de la Guardia Civil.

Por otro lado, en los actos con el Papa participarán, según confirma el arzobispado de Santiago, casi cien obispos, 15 arzobispos y 9 cardenales. Los sacerdotes serán entre 500 y 600, casi todos de la provincia eclesiástica de Santiago.

Según los organizadores, los periodistas acreditados son alrededor de 1.200.

Plan de movilidad

Para evitar el colapso circulatorio, las autoridades han puesto en marcha un Plan de Movilidad. Con él se pretende garantizar no sólo que los peregrinos puedan desplazarse en orden, sino también la seguridad, a todos los niveles.

Para facilitar el tráfico, se han habilitado aparcamientos para más de 2.000 autobuses fuera de la ciudad, e itinerarios distintos para que los peregrinos no colapsen las entradas. El itinerario que seguirá el Papa en su desplazamiento por carretera será cerrado al tráfico desde las 10 de la mañana.

La Plaza del Obradoiro, donde se celebrará la Misa estará cerrada al público hasta las 8 de la mañana del sábado. Se permitirá la entrada sólo a 6.000 peregrinos, a los que se hará pasar por un control de seguridad y una inspección de sus efectos personales.

Dentro de la catedral de Santiago, sólo accederán unos 700 invitados, entre ellos, un grupo de niños con sus catequistas, ancianos, enfermos y discapacitados del Cottolengo de Santiago, y representantes civiles y religiosos.

Por Inma Álvarez

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ZENIT Staff

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