Corea: Los obispos del Sur afirman que la guerra sólo trae miseria

Hacia una ‘religión’ de Estado en el Norte, mientras reina la libertad en el Sur

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SEÚL, miércoles 24 de noviembrede  2010 (ZENIT.org).- Los obispos de Corea del Sur invitaron a los dos países –separados por el paralelo 38 desde 1948, tras los efectos del final en 1945 de la guerra mundial en la península coreana–, a no entrar en una espiral de violencia.

Mientras en el Norte, el culto al líder se ha convertido en una pseudorreligión, la democracia asentada en el Sur es constitucionalmente neutral, y no se señalan amenazas a la libertad religiosa, según el informe de Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), presentado en Madrid este martes.

“Oramos para que la situación no empeore y no se convierta en un conflicto abierto. Pedimo al Señor que conceda a todos los dirigentes y a todos nosotros la fuerza y la luz para superar esta crisis”, declaró el presidente de los obispos surcoreanos en una entrevista publicada por la agencia Fides.

El presidente de la Conferencia Episcopal de Corea del Sur, y obispo de Cheju Peter Kang U-il, informó que están viviendo una “gran confusión” y también “miedo”.

Los prelados surcoreanos hacen “un llamamiento a los gobiernos del Sur y del Norte para que se reúnan y busquen las vías del diálogo”. El llamamiento episcopal se produjo a raíz del ataque de las fuerzas militares de Pyongyang (Norte) a la isla surcoreana de Yeonpyeong.

Según las últimas noticias conocidas por los obispos surcoreanos, en el momento de la entrevista, junto a los dos soldados de Corea del Sur, murieron también dos civiles en la agresión militar del Norte.

El obispo dijo que el Gobierno del Sur todavía no conoce bien las razones de este ataque, que ha elevado la tensión en la península coreana, y lo atribuyó a “razones de táctica política”. Según lo que pudo saber, “es una manera de desviar la atención de los dramáticos problemas internos”. “De la escasa información que tenemos sobre el Norte –explicó–, sabemos que la situación económica es muy difícil, y que se sufre de hambre y miseria”.

“Pero estoy seguro de que los líderes del Norte –añadió- saben que la guerra no conduce a ninguna parte, que es sólo una catástrofe que hace sufrir a los civiles. Es una posibilidad que debemos tratar de evitar por todos los medios”.

El obispo urgió a la comunidad internacional a intervenir e implicar a China “que tiene un gran poder de influencia sobre Corea del Norte”. Así mismo pidió la oración de la Iglesia universal.

Este martes, se hizo público en España el informe de Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) 2010. El mismo dedica un capítulo a cada una de las partes de Corea. La situación al norte y al sur del paralelo 38 es diametralmente opuesta.

En el Norte, se profesa una religión de Estado, con culto a la persona y ‘divinización’ del líder. En el Sur, el Estado es constitucionalmente neutral y no se registran problemas de persecución religiosa.

Corea del Norte

Corea del Norte niega la libertad religiosa por principio. En la capital, Pyongyang, hay una serie de lugares de culto cristianos –una iglesia católica y dos protestantes–, y cuatro templos budistas, pero no se sabe lo que ocurre en otras zonas del país.

Las cifras, señala AIN –que consultó numerosas fuentes- varían según las informaciones transmitidas por personas que pudieron viajar por el país.

Las razones que llevaron a Corea del Norte a negar la libertad religiosa son inherentes a su propio origen, explica AIN. El regimen actual, señala, “es la puesta en práctica de la ideología política del Partido de los Trabajadores de Corea (WPK, por sus siglas en inglés), que se basa en el principio de la autarquía o juche.

El WPK deriva del Partido Comunista de Corea, cuya historia está sembrada de luchas internas y purgas sangrientas, entre facciones prosoviéticas y prochinas.

El informe explica que Juche es “la base sobre la que se construye el sistema político y económico de Corea del Norte”. Es “una ideología sincretista que combina el neoconfucionismo, el maoísmo nacional y el estalinismo”.

Esta pseudorreligión llevó “al país al aislamiento del resto de la comunidad internacional y al desarrollo del culto de la persona y gobierno autocrático del “Padre de la Patria”, Kim Il-sung –que llegó al poder en 1948, y murió en 1994–, primero, y luego de su hijo Kim Jong-il, quien adoptó el título oficial de “Querido Líder”.

El juche atribuyó a los dos Kim, padre e hijo, naturaleza divina por lo que, según AIN, “el culto a la persona se ha convertido en la única religión permitida en el país”.

Recientemente, apareció otro Kim –Kim Jung-un, el tercero de los hijos de Kim Jong-il–. Todos ellos son glorificados en la literatura, música popular, teatro y cine norcoreanos. También se ha creado una versión juche del calendario gregoriano.

Esta religión nacionalista establece como año 1 el de 1912, en el que nació el dictador Kim Il-sung, cuyo cuerpo embalsamado descansa en un mausoleo de impresionantes dimensiones construido en Pyongyang.

Kim Il-sung y Kim Jong-il son reverenciados en numerosos actos públicos. Para hablar de ellos “se utiliza un lenguaje enfático y místico, análogo al del culto religioso”. La ‘religion’ oficial de Corea del Norte –señala AIN- es en cierto sentido “una forma de idolatría partidista y estatal de la dinastía gobernante”.

El informe da el índice de pertenencia religiosa en Corea del Norte: agnósticos: 71,3%, nuevas religiones: 12,9%, animistas: 12,3%, cristianos: 2,0%, otros: 1,5%. Cuenta con una superficie de 120.538 kilómetros cuadrados, y una población de 23, 99 millones.

Corea del Sur

En Corea del Sur, la situación es diametralmente opuesta. La Constitución de la República de Corea de 1948 –enmendada en repetidas ocasiones hasta 1988–, garantiza a todos los ciudadanos libertad de conciencia (artículo 19), y libertad religiosa (artículo 20). No reconoce ninguna religión de Estado y defiende el principio de separación entre  Iglesia y Estado.

Las organizaciones religiosas no están obligadas por ley a registrarse. Desde el punto de vista organizativo, son totalmente autónomas.

En las escuelas públicas, no se puede impartir enseñanza religiosa, aunque no hay ninguna restricción en los colegios privados.

Las únicas fiestas religiosas oficiales son la Navidad y la fiesta del nacimiento de Buda. Los cristianos –católicos y protestantes- superan en número a los budistas. También hay pequeños grupos que profesan otras religiones.

En cuanto a libertad religiosa, no se registraron problemas con las autoridades ni en las las relaciones interpersonales, concluye el informe de Ayuda a la Iglesia Necesitada.

La pertenencia religiosa en la República de Corea (Sur) –con una superfice de 99.268 kilómetros cuadrados–, se distribuye de la siguiente manera: cristianos, 43,1%; budistas, 15,1%; animistas, 14,7%; nuevas religiones, 14,2%; otros: 12,9%.

En la Iglesia Católica, los bautizados son 4,9 millones, de una población de 48,5 millones.

Por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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