Cuba: La renuncia de Castro podría ser una oportunidad para la Iglesia

Según declaran exponentes de Ayuda a la Iglesia Necesitada

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ROMA, miércoles, 20 febrero 2008 (ZENIT.org).- El asistente eclesiástico de la asociación católica internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada, el pare Joaquín Alliende, considera que la renuncia de Fidel Castro podría suponer «una gran oportunidad para la Iglesia», y anima a «todos lo que aman a la Iglesia cubana» a acompañarla «en estos importantes momentos con la oración y con una especial atención que nos hagan ser aún más solidarios con ella».

El padre Alliende ha manifestado la esperanza de que finalmente haya llegado el momento en que se haga realidad la visión que el Papa Juan Pablo II formuló hace diez años con ocasión de su «inolvidable peregrinación» a Cuba.

En palabras del padre Alliende, el «profeta y embajador de la libertad de Cuba» rezó por que el pueblo cubano «abriera el corazón a Cristo, único redentor».

Según ha añadido, su deseo de que los cristianos vivieran en consonancia con la fe y de que quienes la habían perdido, la recuperaran, tiene hoy plena vigencia, razón por la que Juan Pablo II también rogó por que la nación cubana se convirtiera en «un hogar para los hermanos y hermanas».

El asistente eclesiástico, de nacionalidad chilena, ha resaltado que los obispos cubanos, tras los duros años del pasado, también serán capaces de dirigir al Pueblo de Dios «con sabiduría y firmeza» en las circunstancias actuales.

La Iglesia forma parte de la historia de los pueblos, añade, e intenta «en toda ocasión dar renovada presencia a su señor Jesucristo en las situaciones cambiantes de cada nación».

El hecho de que el cardenal secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, se encuentre de visita en Cuba en los próximos días es, según ha señalado el padre Alliende, «un regalo especial de Jesús», pues así los cristianos en Cuba «experimentarán el apoyo del carisma, la sabiduría y la fuerza del sucesor de San Pedro, el Santo Padre Benedicto XVI».

El padre Joaquín Alliende también ha recordado que el Papa Juan Pablo II coronó el 24 de febrero de 1998 la imagen de la patrona de Cuba, Nuestra Señor del Cobre, declarándola «Madre de la reconciliación» para Cuba.

En aquella ocasión, el Papa le pidió encarecidamente que uniera a su pueblo. Y el padre Alliende añade: «Quiera Dios que los acontecimientos permitan a Cuba recuperar su solidaridad nacional y empezar a planificar su futuro».

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ZENIT Staff

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