Al finalizar el encuentro, el purpurado italiano no quiso revelar el contenido de la misiva ni detalles de la conversación que mantuvo con el presidente estadounidense.
«El objetivo de mi visita era el de llevar un mensaje personal de Su Santidad, el Papa, al presidente sobre la crisis iraquí, de exponer la posición del Vaticano y de informar sobre las diferentes iniciativas emprendidas por el Vaticano para contribuir al desarme y a la paz en Oriente Medio», aclaró el cardenal en una rueda de prensa concedida en Washington.
«Por respeto por el presidente, y dado este momento crucial, no puedo revelar el contenido substancial de nuestra conversación, ni hacer público el texto de la carta personal de Su Santidad al presidente», dijo.
El encuentro del emisario pontificio con el presidente tuvo lugar el Miércoles de Cuaresma, declarado por Juan Pablo II Jornada de oración y ayuno por la paz.
En la audiencia general, el pontífice pidió «un esfuerzo común para evitar a la humanidad otro dramático conflicto».
En el encuentro de 40 minutos, Bush dijo al cardenal que «si llega a utilizar la fuerza lo hace porque cree que así hará mejor al mundo», reveló el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer.
Tras su encuentro con Bush, el cardenal Laghi debía celebrar una misa por la paz en el mundo en la Basílica de la Inmaculada Concepción de Washington. Debía participar en la celebración eucarística el cardenal Theodore McCarrick, arzobispo de Washington.
