El Papa insiste en la importancia de la comunión eclesial

Con motivo de la clausura del Sínodo y del DOMUND

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo 24 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI subrayó hoy, durante la introducción al rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, en que “la comunión es imprescindible para la evangelización”.

En este sentido, hizo referencia a los dos acontecimientos eclesiales de este domingo, la clausura del Sínodo y la celebración del DOMUND.

El Sínodo llevaba por tema «La Iglesia católica en Oriente Medio: comunión y testimonio”, minetras que la Jornada Misionera Mundial lleva como lema “La construcción de la comunión eclesial es la clave de la misión”.

“Llama la atención la similitud entre los temas de estos dos acontecimientos eclesiales. Ambos invitan a mirar a la Iglesia como misterio de comunión que, por su naturaleza, está destinado a todo el hombre y a todos los hombres”.

Sínodo 2012

Como ya hiciese durante la homilía de la Misa de clausura del Sínodo, el Papa anunció la celebración de la próxima Asamblea, que en este caso será de todos los obispos, para dentro de dos años, sobre el tema de la Nueva Evangelización.

Recordando la Evangelii Nuntiandi de Pablo VI, Benedicto XVI recordó que “la Iglesia existe para evangelizar, es decir, para predicar y enseñar, ser canal del don de la gracia, reconciliar a los pecadores con Dios, perpetuar el sacrificio de Cristo en la santa Misa, memorial de su muerte y resurrección gloriosa».

“Por esto la próxima Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en 2012, se dedicará al tema ‘La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana'».

El deber misionero “no es revolucionar el mundo, sino transfigurarlo”, afirmó el Papa. “En todo tiempo y en todo lugar – también hoy en Oriente Medio – la Iglesia está presente y opera para acoger a todo hombre y ofrecerle en Cristo la plenitud de la vida”, afirmó.

En su saludo a los peregrinos de habla hispana, el Pontífice pidió a los presentes que recen „por aquellos que han entregado generosamente su vida a la evangelización de los pueblos, a menudo entre grandes dificultades”.

“Confío a todos los misioneros del mundo a la protección maternal de la Santísima Virgen María, que en el transcurso de este mes invocamos especialmente con el título de Nuestra Señora del Rosario, para que no les falte nunca nuestro apoyo espiritual y material en el desempeño de su hermosa tarea apostólica”, concluyó.

 

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ZENIT Staff

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