El Papa pide a la OIT aunar fuerzas para favorecer el empleo y una mayor solidaridad

Mensaje a congreso de la Organización Internacional del Trabajo. Advierte que el desempleo desalienta a los jóvenes, produce emigración de masas, la trata de personas y reducción en esclavitud.

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El Santo Padre ha enviado un mensaje al director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) con motivo de la 103 sesión de la Conferencia de ese organismo que se celebra en Ginebra del 28 de mayo al 12 de Junio. Bajo el tema »Construir un futuro con trabajo decente», trabajadores, empresarios y gobiernos de los 185 Estados Miembros de la OIT discutirán de migración, políticas para el empleo, estrategias contra la informalidad y fortalecimiento de la convención sobre el trabajo forzoso.

El Papa destaca en el mensaje que esta Conferencia se reúne en un «momento crucial de la historia económica y social, que plantea retos a todo el mundo». Francisco señala que el desempleo está expandiendo trágicamente las fronteras de la pobreza y «este hecho puede ser particularmente descorazonador para los jóvenes que podrían fácilmente desmoralizarse, perder el sentido de su valor y sentirse ajenos a la sociedad».

Otro problema abordado en el mensaje del Papa »es el de la migración de masas». Francisco observa que «el notable número de hombres y mujeres obligados a buscar trabajo fuera de su patria es fuente de preocupación». A pesar de su esperanza en un futuro mejor -explica- con frecuencia encuentran incomprensión y exclusión, por no hablar de cuando su experiencia es la de tragedias y desastres. Por eso, el Pontífice recuerda que «habiendo afrontado tantos sacrificios», estas personas «no logran a menudo hallar un trabajo decente y se convierten en víctimas de una determinada ‘globalización de la indiferencia».

Al respecto, añade que esta situación «les expone a ulteriores peligros», como puede ser la trata de seres humanos, el trabajo forzoso y la reducción en esclavitud. De esta forma, el Papa afirma que «es inaceptable que en nuestro mundo, el trabajo hecho por los esclavos, sea moneda de uso corriente ¡No se puede seguir así!» Y agrega que «la trata de seres humanos es un azote, un crimen contra toda la humanidad».

Por todo ello, el Pontífice afirma que «ha llegado el momento de aunar las fuerzas y de trabajar juntos para liberar a las víctimas de ese tráfico y para desarraigar ese crimen que nos atañe a todos».

Asimismo, el Santo Padre indica que es hora también de reforzar «las formas de cooperación y de establecer nuevos caminos para incrementar la solidaridad».

Para conseguir este objetivo, el Papa propone en su mensaje, «un compromiso renovado en favor de la dignidad de cada persona», así como una «mayor decisión para cumplir las normas internacionales del trabajo», «la planificación de un desarrollo centrado en la persona como protagonista y beneficiaria principal», «una evaluación nueva de las responsabilidades de las multinacionales en los países donde actúan, incluyendo los sectores de la gestión de los beneficios y de la inversión» y «un esfuerzo coordinado para impulsar a los gobiernos a facilitar los viajes de los emigrantes en beneficio de todos, eliminando de esa forma la trata de seres humanos y las condiciones peligrosas de transporte».

Para finalizar, el Obispo de Roma recuerda que la doctrina social de la Iglesia »apoya las iniciativas de la OIT centradas en la promoción de la persona y en la dignidad del trabajo» y anima a sus miembros a »enfrentar los retos del mundo actual permaneciendo fieles a esos nobles objetivos».

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ZENIT Staff

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