El Papa recomienda a los obispos chilenos “más vida de oración”

En la audiencia con motivo de la visita “ad limina”

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CIUDAD DEL VATICANO, jueves 4 de diciembre de 2008 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI pidió este jueves a los obispos de Chile que «cultiven una intensa vida interior y de fe profunda», en el discurso que les dirigió durante la audiencia concedida con motivo de la visita «ad limina».

El Papa explicó a los prelados que «en el trato íntimo con el Maestro en la oración, maduran las mejores iniciativas pastorales para responder a las necesidades espirituales del pueblo fiel».

Esta vida de oración es más necesaria aún, añadió, ante el reto de la evangelización del continente americano puesto en marcha tras la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, celebrada en Aparecida (Brasil), en mayo de 2007, y que la Conferencia Episcopal chilena ha asumido como reto pastoral para los próximos cuatro años.

De hecho, añadió, en esta «gran empresa evangelizadora», es fundamental el «testimonio personal de santidad», explicó el obispo de Roma, «de todos los miembros de la Iglesia, y especialmente de sus pastores». «Sabéis bien que el hombre de hoy siente urgente necesidad de ejemplos de vida verdaderamente evangélicos y coherentes», añadió.

«Ciertamente las dificultades y los obstáculos son muchos, pero apoyándonos en la promesa de nuestro Señor, que nos asegura su presencia entre nosotros todos los días hasta el fin del mundo, y en el poder de su Espíritu Santo, podremos lanzarnos con ilusión y entusiasmo a la gran tarea de llevar a Cristo a todos los hombres con el mismo ardor de los Apóstoles».

Para ello es fundamental que esta «conciencia misionera» impregne a toda la comunidad cristiana, y especialmente el Papa subrayó, como viene haciendo en los últimos meses a los obispos, la importancia de la formación de los sacerdotes y seminaristas.

El Papa recomienda a los obispos que «sean muy cercanos» a sus sacerdotes en las dificultades y que les ayuden a que, «entre las múltiples actividades que llenan su jornada, sepan dar la primacía a la oración y a la celebración de la Eucaristía».

Les pide también un esfuerzo por «mejorar la calidad de la formación humana, intelectual y espiritual de los seminaristas», así como por «potenciar la dimensión vocacional de la vida cristiana en la pastoral con los jóvenes».

En cuanto a los laicos, el Santo Padre alaba la labor realizada para ayudarles a asumir, «con responsabilidad y madurez las exigencias de su bautismo, participando según su propia condición laical en la misión de toda la Iglesia».

«Todos los sectores de la sociedad pueden ser iluminados con la luz de la fe. Pienso, entre otros, en el mundo de la cultura, de la ciencia y la política, en la promoción de la familia, fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer, en la creación de condiciones de trabajo más justas y en la ayuda a los más desfavorecidos, en el cuidado del medio ambiente, en la defensa de la vida humana en todas las etapas de su existencia y en el derecho y obligación de los padres a la educación moral y espiritual de sus hijos».

Por último, Benedicto XVI pide a los obispos que «cultiven el espíritu de comunión con el romano pontífice y con los demás hermanos obispos, sobre todo dentro de la misma conferencia episcopal y de la propia provincia eclesiástica».

Por Inma Álvarez

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ZENIT Staff

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