El Papa vuelve a pedir oraciones por la familia y la paz justa en Tierra Santa

CIUDAD DEL VATICANO, 25 mayo 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II pidió este domingo las oraciones de los creyentes por la familia como institución, según él «amenazada» en estos momentos, y por una paz justa en Tierra Santa.

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Al encontrarse con varios miles de peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro del Vaticano, el Santo Padre recordó que estas son las dos intenciones de oración que ha querido proponer en el año dedicado al Rosario (octubre de 2002 a octubre de 2003).

En primer lugar, dijo es necesario rezar por la familia, «que por desgracia está seriamente amenazada en sus principios y valores fundamentales».

En segundo lugar, pidió las oraciones de los católicos por «la paz en el mundo, particularmente en Tierra Santa».

«Quiera el Señor que, a pesar de la feroz violencia que sigue manifestándose con furia y que ofende a Dios, se refuerce la búsqueda de soluciones justas, negociadas, para asegurar a cada pueblo serenidad y paz», afirmó.

Las palabras del Papa tuvieron lugar en el día en que el primer ministro israelí, Ariel Sharon, logró la aprobación de su gabinete la «hoja de ruta» para la paz en Medio Oriente, propuesta por el «cuarteto» integrado por Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y las Naciones Unidas, que busca, entre otras cosas, la creación de un Estado independiente palestino, según informó Radio Israel.

Según esta fuente la propuesta pasó con 12 votos a favor, 4 abstenciones, y 7 votos en contra (de varios ministros de extrema derecha y de miembros del partido de Sharon, el Likud).

En su encuentro con los fieles, el Papa pidió que este año sirva para redescubrir y valorar el Rosario como oración centrada en Cristo y de contemplación.

Recordando la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles y la Virgen (Pentecostés), reunidos en oración, el Papa añadió: «se puede decir que en el Cenáculo nació la oración del Rosario, pues allí los primeros cristianos comenzaron a contemplar con María el rostro de Cristo, recordando los diferentes momentos de su vida terrena».

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ZENIT Staff

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