NUEVA YORK, 6 noviembre 2003 (ZENIT.org).- La comunidad internacional debe hacer presión a israelíes y palestinos para que se apliquen la «hoja de ruta», instrumento válido para alcanzar la paz, ha exigido la Santa Sede ante las Naciones Unidas.
La petición fue presentada el 3 de noviembre por el arzobispo Celestino Migliore, observador permanente ante la ONU, ante el Comité que analizaba la cuestión de la ayuda a los refugiados en Oriente Medio.
«Mi delegación tiene la firme convicción de que la comunidad internacional debe asistir a todas las partes involucradas para que comprendan que la ocupación de los territorios y los ataques terroristas están creando un torbellino sin fin de actos de violencia y represalia que afligen tanto a palestinos como a israelíes», afirmó el representante pontificio.
«Una parte integrante de la actual «hoja de ruta» hacia la paz aboga con claridad a favor de una solución que lleve a dos Estados», recordó en referencia al plan de paz que goza del apoyo de Estados Unidos, la Unión Europea, la Federación Rusa y las Naciones Unidas.
«Corresponde a las dos partes, asistidas por la comunidad internacional, apoyar la «hoja de ruta» como un instrumento de negociación y de creación de la confianza para que los argumentos que suscitan división puedan ser afrontados y tenga lugar los acuerdos», aclaró.
«La Santa Sede está convencida de que el conflicto actual en Oriente Medio encontrará una solución duradera sólo cuando se den dos Estados independientes y soberanos, uno al alado de otro, en paz y seguridad», aclaró.
«Para alcanzar este objetivo las cuestiones que afectan a los refugiados palestinos y a los asentamientos israelíes, por ejemplo, o el problema de el establecimiento de las fronteras, así como las definición del estatuto de los lugares más santos de la ciudad de Jerusalén necesitan ser sometidos a un diálogo abierto y a una sincera negociación», explicó.
En su intervención el prelado expuso la labor de asistencia que ofrece la Iglesia católica a los refugiados palestinos en Oriente Medio a través de la Misión Pontificio para Palestina, que trabaja en la región desde 1949.
Informó también sobre la labor que desempeña Caritas Internationalis y denunció que en los últimos tres años las agencias de ayuda católicas «han encontrado crecientes dificultades» en el ejercicio de su misión a causa de la reanudación de la violencia.
