La Iglesia en España ha recibido en la declaración de la Renta de 2014, 247,6 millones de euros de los contribuyentes; 1,5 millones menos que el año anterior. La Conferencia Episcopal Española (CEE) declaró estar “moderadamente satisfecha” con los datos, porque reflejan que a pesar de la reducción del número de declaraciones y de los ingresos como consecuencia de la crisis, unos nueve millones de españoles siguen apostando por esta institución.
La Asignación Tributaria aporta un 25 por ciento a la financiación básica de las diócesis españolas, aunque varía mucho según el tamaño de cada una, debido a criterios de comunión de bienes entre las diócesis, llegando a suponer para las de menor tamaño aproximadamente un 70 por ciento de sus recursos.
Por su parte, las aportaciones directas y voluntarias de los fieles son la principal fuente de financiación de las diócesis, y suponen más de un tercio de los recursos disponibles.
Según los últimos datos, la Iglesia española destina 302,5 millones de euros solo a la actividad caritativa y asistencial a través de Cáritas y Manos Unidas. Además, los 2.458 centros educativos católicos concertados suponen al Estado un ahorro de 3.601 millones de euros.
En total, más de 3,5 millones de personas han sido acompañadas y atendidas en alguno de los 8.135 centros asistenciales católicos durante el último año.
En España, más de 260 mil personas entre sacerdotes, religiosos y religiosas, catequistas y voluntarios están al servicio de los demás.
Por otra parte, la Comisión Permanente de la CEE ha dado el visto bueno al Plan de Transparencia y modernización de los sistema de gestión de la Iglesia en España. Entre las medidas más importantes se encuentran la puesta en marcha de un portal de transparencia de la propia Conferencia Episcopal, que agrupará toda la información ya existente en materia económica.
También se desarrollará un software de gestión para diócesis y parroquias, el diseño y elaboración de modelos contables de rendición de cuentas homologado para diócesis, y la puesta en marcha de un plan piloto de revisión contable.
En un comunicado, los obispos han señalado que “el Plan de transparencia aprobado es un paso más en el compromiso de la Conferencia Episcopal por presentar a la sociedad, de forma más clara y completa, en qué invierte la Iglesia el dinero que cada año recibe de los contribuyentes que han marcado la casilla de la Iglesia católica en su Declaración de la Renta”.
“Es un compromiso y una forma de mostrar su gratitud, que se hace extensiva con los que también colaboran en su sostenimiento a través de las colectas o las suscripciones, que continúan siendo absolutamente indispensables”, han añadido.
La CEE “también trabaja para que cada año sean más los que marquen la ‘X’ en su declaración de la Renta con la garantía de que con su contribución se garantizan y mantienen las actividades básicas de la Iglesia en niveles de eficacia y austeridad”.
“Marcar esta casilla –han subrayado los prelados– no cuesta nada y hace posible ayudar a millones de personas que necesitan tanto”.
“La labor religiosa y espiritual de la Iglesia, ya de por sí de gran significado social, lleva además consigo otras funciones sociales: la enseñanza; la atención integral a los niños, los ancianos, los discapacitados; la acogida de los inmigrantes; la ayuda personal e inmediata a quienes la crisis económica pone en dificultades; los misioneros en los lugares más pobres de la tierra”, han recordado en la nota.
El actual modelo de financiación, vigente desde 2007, suprime la dotación directa del Estado y asigna a la Iglesia el 0,7 por ciento del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) de quienes marquen la casilla correspondiente.
(RLG)
