India: ¿Me puedes dar una oportunidad? Apostolado en la cárcel

El Ministerio de Prisiones, experiencia de servicio a los más abandonados

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AHMEDABAD, 11 dic (ZENIT.org).- El Ministerio de Prisiones en India (PMI) se ha convertido en «quinceañero». Empezó en 1986 como una experiencia de oración de un grupo de seminaristas del seminario apostólico de Santo Tomás en Vadavathur, Kerala.

Con un inicio pequeño y local, en el que los seminaristas acostumbraban a realizar una peregrinación anual a todas las prisiones de Kerala durante sus vacaciones de verano, el ministerio de prisiones ha florecido hasta convertirse en un organismo nacional que trabaja no solamente en las prisiones con los reclusos sino también con quienes han salido de prisión, a través de centros de rehabilitación que los seminaristas han creado.

El grupo de seminaristas de Santo Tomás sentía que no tenía un apostolado concreto. Esto les llevó a comenzar «a rezar por los prisioneros, los chabolistas, enfermos en general y todos los ínfimos, últimos y extraviados del mundo». Estas palabras luego se convirtieron en la marca de su ministerio que, expresado en inglés suena así: «A ministry to the least, the last, and the lost» («Un ministerio para los ínfimos, los últimos y los extraviados»).

Para experimentar en primera persona lo que sentían respecto a aquellos por los que rezaban, los seminaristas decidieron visitar todas las prisiones de Kerala. Pero no fue una simple visita casual. Los seminaristas se prepararon «a través de seis meses de oración y ayuno y poniendo a punto un programa cultural, basado en los valores morales de la Biblia», explica el padre Sebastian Teckanath, actual coordinador nacional del PMI, en una entrevista a la agencia de noticias SAR.

El padre Sebastian Teckanath, uno de los seminaristas fundadores del PMI, recordando aquellos primeros días, dice: «Sentimos una experiencia impresionante cuando los presos nos decían: «¿Me puedes dar una oportunidad?». Esto nos llevó a pensar cómo podíamos ayudarles. Un preso, que había sido sentenciado por primera vez a un año y medio de cárcel, por un caso de robo, prometió que no pisaría nunca más una cárcel. Pero, después volvió a ser encerrado cinco veces. ¡Todo porque había sido etiquetado como un ladrón!»

Los seminaristas siguieron visitando las cárceles cada año, durante tres años, hasta que visitaron cuarenta prisiones en Kerala. Habían recogido suficientes datos. Enviaron la información analizada a la Conferencia Episcopal de Kerala (KCBC). La KCBC aceptó la Fraternidad de Jesús (así se llamó el ministerio de prisiones al principio) «como el ministerio oficial de la Iglesia en Kerala», dependiente de la Comisión Paz, Justicia y Desarrollo.

«En aquél tiempo, las palabras: «¿Me puedes dar una oportunidad?» seguían resonándonos y cuando los primeros seminaristas interesados fueron ordenados, uno de ellos, el padre Varghese Karipery, de la arquidiócesis de Trissur, fue capaz de lograr la cooperación y el impulso de arzobispo Joseph Kundukulam, para iniciar un centro de rehabilitación para presos liberados, como una respuesta a ese interrogante.

Después de esto no hubo retrocesos. El primer centro de rehabilitación para presos liberados, Snehashramam, fue inaugurado y bendecido en Vettukad, una aldea de la diócesis de Trissur, el 1 de octubre de 1991.

El segundo centro, «para presas liberadas y mujeres en situación de riesgo», con el mismo nombre, fue creado en 1992 en una aldea cerca de Trivandrum. Dos centros más empezaron a funcionar en 1994 y otro en 1995. A fines de 1999 había un total de nueve centros en Kerala al servicio de hombres, mujeres y jóvenes.

En 1994, el amor por «los ínfimos, los últimos y los extraviados» se extendió por toda India y en agosto de 1994 se celebró la primera convención del PMI en Bangalore. El efecto de esta «bomba de amor», como el padre Varghese Karipery, el primer coordinador nacional del PMI, llama a este ministerio, se sintió con el inicio de un centro en Bangalore, en enero de 1995, el Jeevodaya Ashram, «un centro de rehabilitación para mujeres liberadas y mujeres en necesidad» de las calles y callejones de Karnataka.

Las hermanas clarisas franciscanas, las hermanas de la Santa Cruz, las hermanas del Espíritu Santo, los hermanos misioneros malabares y los misioneros claretianos son algunas de las congregaciones que dirigen los centros de rehabilitación de presos liberados bajo la guía del PMI.

La razón del impresionante éxito del PMI es su carisma, que se refleja en lo que ellos llaman la «espiritualidad de nuestro ministerio». Del mundo de la muerte, al mundo de la vida; del mundo del dolor al mundo de la felicidad; del mundo de la cerrazón al mundo de la apertura y así sucesivamente.

De esta manera, en ocho años que llevan funcionando estos centros, más de 500 presos liberados han sido atendidos, de los que en torno al 90% se han rehabilitado e integrado.

El PMI les ayuda no sólo económicamente o enseñándoles un oficio sino también les orienta para encontrar parejas idóneas. Precisamente, pensando en esto, el PMI inició su segunda etapa, abriendo centros de rehabilitación, uno para hombres y otro para mujeres, con aquellos que habían sido enviados o para trabajar o para aprender, según su capacidad, gusto y talento. Han arreglado ya el matrimonio de 20 mujeres y 25 hombres; algunos de ellos entre los mismos presos. «Obviamente, a veces tienen problemas, pero nosotros seguimos en contacto con ellos, incluso después que nos dejan», dijo el padre Theckanath.

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ZENIT Staff

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