La Santa Sede denuncia la invasión de sectas fundamentalistas en Guatemala

Comunicado tras una reunión de la Fundación «Populorum Progressio»

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

CIUDAD DEL VATICANO, 1 agosto 2001 (ZENIT.org).- Un comunicado hecho público por la Santa Sede este miércoles denuncia la agresiva campaña de promoción de sectas fundamentalistas que ha experimentado Guatemala en los últimos años, procedente fundamentalmente de Estados Unidos.

El texto ha sido hecho público después de que tuviera lugar del 8 al 12 de julio en Cobán, diócesis de Vera Paz, la reunión del consejo de administración de la Fundación papal «Populorum Progressio», institución creada en 1992 por Juan Pablo II para ofrecer ayuda a las poblaciones indígenas y afroamericanas campesinas de América Latina y el Caribe.

En el encuentro participaron el arzobispo alemán Paul Josef Cordes, presidente del Consejo Pontificio «Cor Unum» y seis obispos latinoamericanos, entre los que se encontraba el cardenal Juan Sandoval Íñiguez, arzobispo de Guadalajara (México).

«En los últimos años», dice el comunicado al informar sobre los resultados del encuentro, Guatemala «está resistiendo a un ataque fuerte y planificado en los países ricos del norte, con abundantes medios económicos a su alcance, calificado como un auténtico terremoto religioso, provocado por multitud de sectas, generalmente de matiz protestante y anglosajón».

De hecho, continúa diciendo el comunicado de prensa de «Cor Unum» distribuido por la Sala de Prensa de la Santa Sede, Guatemala «representa un caso emblemático en América Latina, donde trata de proliferar un protestantismo pentecostal, atomizado y fragmentado, más fácil de dominar, dotado con abundantes recursos económicos, dando lugar a un panorama variadísimo de denominaciones y tendencias».

Como ejemplo, pone el caso de la provincia de Sololá, donde «los lugares de culto católico son 194 mientras que los de denominación evangélica alcanzan la cifra de 498».

No es la primera vez que un representante vaticano hace esta denuncia. El arzobispo mexicano Javer Lozano Barragán, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, en declaraciones publicadas por la agencia «Notimex» el 3 de enero de 1999, mencionó el informe redactado por Nelson A. Rockefeller para el presidente Richard Nixon, en agosto de 1969, en el que sostenía que tras el Concilio Vaticano II «la iglesia católica ha dejado de ser un aliado de confianza para Estados Unidos y la garantía de estabilidad social en el continente (sudamericano)», por lo que insistía en «la necesidad de sustituir a los católicos por otros cristianos en América Latina», «apoyando a los grupos fundamentalistas cristianos (protestantes) y a iglesias tipo Moon y Hare Krishna» [«Afaires & Money», Nº 129, Nueva York, abril de 1972].

Monseñor Lozano reveló que estas sectas se habían prefijado como objetivo para el año 2000 tener en sus filas al 50 por ciento de la población guatemalteca, objetivo claramente fracasado.

La expansión de las sectas, muchas de ellas de origen estadounidense pero con gran independencia y en muchas ocasiones escindidas, encontró su gran aliado en el general José Efrain Ríos Montt, que alcanzó la presidencia gracias a un golpe de Estado en 1982.

El comunicado de «Cor Unum» reconoce que «la gran mayoría de la población todavía resiste» a la expansión forzada de las sectas «y los resultados no han correspondido a las inversiones económicas y humanas» de estos grupos.

El documento pide también que los recursos del país, que durante 36 años se orientaron en buena parte hacia la guerra, sean invertidos especialmente a favor de comunidades indígenas (55% de la población guatemalteca) y hace un emocionado recuerdo del obispo monseñor Juan Gerardi «y de otros muchos catequistas inmolados en su tierra, gloria de la Iglesia guatemalteca».

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación