La Santa Sede prioriza la asistencia a los católicos de Irak, Georgia y Armenia

Reunidos en Roma los responsables de la agencia vaticana de ayuda a las Iglesias Orientales

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CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 18 de junio de 2008 (ZENIT.org) La situación de los católicos iraquíes, georgios y armenios, es objeto de particular atención en la reunión que mantienen los responsables de la ROACO (Reunión de las Obras de ayuda a las Iglesias Orientales) desde ayer hasta el próximo viernes en el Vaticano.

La ROACO es un comité vinculado a la Sagrada Congregación para las Iglesias Orientales, y lo preside su prefecto, el cardenal Leonardo Sandri. Su misión es la de canalizar la distribución de las ayudas materiales procedentes de otras partes del mundo.

Forman parte de la ROACO la Catholic Near East Welfare Association y la Pontificia Misión para Palestina (ambas de Estados Unidos), así como agencias de Alemania, Francia, Suiza, Países Bajos y Austria.

Según explicó el secretario general de la ROACO, el sacerdotes Leon Lemmens, en una entrevista concedida a la Radio Vaticana, se sigue «con gran preocupación y ansia» la suerte de los cristianos de Irak, especialmente a raíz del secuestro y asesinato del arzobispo de Mosul, monseñor Faraj Rahho.

«Las diversas agencias están ayudando tanto en lo material como en lo pastoral a más de 150.000 cristianos iraquíes refugiados en Jordania, Siria, Líbano y Turquía. La gran cuestión ahora es si estas personas tienen una posibilidad de futuro en Irak o si conviene en cambio acogerlas en nuestros países europeos», explicó.

Además, se está ayudando a los cristianos que quedan en el país, especialmente en el Norte (Kurdistán), donde se han refugiado muchos procedentes de otros puntos del país. «Es necesario, para permitirles quedarse en el país, crear para ellos actividades económicas que les permitan ganarse la vida. Varias agencias están trabajando en ello».

Respecto a Armenia y Georgia, Lemmens explica que la caída del régimen comunista ha permitido renacer a las comunidades católicas de estos países, aunque necesitan aún mucho apoyo.

«En Armenia, la Iglesia católica había sido suprimida. El último sacerdote había muerto en 1975», explicó Lemmens. Tras la caída del Muro en 1991 ha sido necesario «volver a encontrar y reunir a los fieles, recomprar las iglesias o construirlas, formar a los fieles y promover las vocaciones al sacerdocio»

«Gracias a la colaboración de varias agencias, entre ellas Renovabis, Ayuda a la Iglesia Necesitada, l’Oeuvre de l’Orient, hoy en Armenia hay 15 parroquias y cerca de 180.000 fieles, y la Iglesia católica tiene reconocimiento oficial del Estado».

En Georgia, en cambio, la Iglesia católica no es reconocida por el Estado, y las relaciones con la Iglesia ortodoxas son delicadas.

«En el plano económico y social, la separación de la Unión Soviética ha sido dramática tanto para Georgia como para Armenia. La gente vive con gran pobreza. En estos años, el 20% de la población de Georgia (mayoritariamente adultos jóvenes) ha emigrado, lo que ha agravado aún más la situación del país», explicó.

Homenaje a Juan XXIII

El encuentro de la ROACO fue inaugurado ayer por el prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, el cardenal Leonardo Sandri, con la celebración de una Misa en el altar dedicado al beato Papa Juan XXIII en la Basílica de San Pedro.

El cardenal Sandri destacó del difunto Papa su «profundo amor por el Oriente cristiano», que procedía de su «fidelidad a la Tradición de la Iglesia».

«Juan XXIII quiso siempre volver a las fuentes, y en el Oriente cristiano advertía en grado sumo el sello de los orígenes», afirmó el cardenal Sandri. «De esta manera, como los orígenes cristianos eran comunes, aprendió a familiarizarse con todo el mundo cristiano, advirtiendo que la vocación a la santidad, o sea a la comunión con Dios, debía ser mostrada por los cristianos a todo el género humano. De ahí su pasión incontenible por la unidad de los discípulos de Cristo».

El purpurado invitó a los miembros de la ROACO a tomarle como modelo: «Algunas enseñanzas del Papa Roncalli pueden inspirar el servicio de la caridad que la ROACO y la Congregación ofrecen a las Iglesias católicas orientales, para que se realice siempre en plena comunión con el Papa y tenga la garantía de la eclesialidad», añadió.

Por Inmaculada Álvarez

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ZENIT Staff

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