CIUDAD DEL VATICANO, 6 noviembre 2001 (ZENIT.org).- La Santa Sede prepara un documento de espiritualidad sobre el diálogo con los creyentes de otras religiones en la asamblea plenaria del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, que se celebra en Roma del 5 al 9 de noviembre.
Bajo la presidencia del cardenal nigeriano Francis Arinze, quince cardenales, dos patriarcas y veintinueve obispos, están discutiendo sobre la manera en que es posible anunciar a Cristo a través del diálogo con los creyentes de otras religiones.
El documento de orientaciones sobre el diálogo interreligioso, que debería publicarse el próximo año, será dirigido particularmente a los mil millones de católicos de todo el mundo.
El cardenal Arinze, en declaraciones concedidas este martes a Radio Vaticano, explica que «la plenaria busca afrontar los desafíos que se presentan ante la humanidad, especialmente en estos meses, en los que no se puede dejar de tomar en cuenta al terrorismo».
No se puede olvidar, aclara el presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, que «los extremistas invocan incluso el nombre de Dios o de la religión a favor de la violencia».
La discusión está teniendo lugar en el espíritu de la «Redemptoris Missio», encíclica de Juan Pablo II firmada en diciembre de 1990 en la que asegura que el diálogo interreligioso forma parte de la misión evangelizadora de la Iglesia.
En una entrevista concedida también a «Radio Vaticano», el obispo Michael Fitzgerald, secretario de ese Consejo Pontificio, ha afronta la cuestión del diálogo con el mundo musulmán, para afirmar que en estos no se da un enfrentamiento entre el Islam y Occidente.
«Yo veo, más bien, que hay una parte del Islam que está contra Occidente pero hay muchas voces que apoyan la lucha contra el terrorismo, incluso por parte musulmana», opina
«Nosotros hemos recibido peticiones por parte de musulmanes para pronunciar una condena común del terrorismo y para una colaboración mutua –concluye–. Creo que la lucha contra el extremismo es una lucha común de cristianos y musulmanes. Por tanto, yo rechazaría esta teoría de choque entre civilizaciones y creo que hay más bien un momento de diálogo entre culturas.
Debemos, por tanto, encontrar los medios para profundizar este diálogo».