La Santa Sede recuerda la grave responsabilidad de los automovilistas

Insiste en la importancia de la Pastoral de la Carretera

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CIUDAD DEL VATICANO, 4 febrero 2003 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha lanzado un proyecto que busca promover la atención de la Pastoral de la Carretera, recordando ante todo la responsabilidad que los conductores tienen ante su propia vida y la de los demás.

Es una de las conclusiones a las que ha llegado el I Encuentro Europeo de Directores Nacionales para la Pastoral de la Carretera celebrado en Roma entre el lunes y el martes por iniciativa del Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes.

El encuentro, presidido por el arzobispo japonés Stephen Fumio Hamao, presidente del organismo vaticano, comenzó constatando que la atención pastoral a los millones de personas cuya profesión está ligada a la carretera o a los simples viajeros no puede ser descuidada por la Iglesia», según informa un comunicado de prensa.

«Este apostolado consiste en buena parte en un continuo y serio llamamiento a la responsabilidad del conductor –aclara–, promoviendo valores evangélicos que tienen por fundamento el mandamiento del amor y del respeto por la vida propia y de los demás».

El Consejo considera que, por este motivo, «tendrán que proponerse iniciativas para ofrecer una contribución a la educación en el tráfico desde la infancia».

«Cualidades propias del conductor son la cortesía, la corrección y la prudencia para ser capaz de superar eventuales imprevistos, causados quizá por otros usuarios de la carretera (por cansancio, abuso de alcohol, medicinas, falta de conocimiento de las normas de tráfico etc.), así como por las condiciones atmosféricas, el estado del coche o de la red de carreteras», explica el comunicado.

El encuentro celebrado en Roma ha servido para subrayar la necesidad de que la atención pastoral «sea más visible en las iglesias y en las capillas a lo largo de las autopistas» ofreciendo en particular «consuelo y asistencia espiritual en los numerosos casos de accidentes, que afectan a una amplia porción de la sociedad, provocando muerte e invalidez».

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ZENIT Staff

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