La santidad de Juan Pablo II era “inequívoca”

El Caballero Supremo Carl Anderson reflexiona sobre el pontífice

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NEW HAVEN, Connecticut, martes 22 de diciembre de 2009 (ZENIT.org).- La santidad de Juan Pablo II es evidente para cualquier persona que le conociera o incluso que haya leído sus escritos, afirma el Caballero Supremo de los Caballeros de Colón.

Carl Anderson, que mantuvo encuentros con el pontífice en varias ocasiones, habló para ZENIT sobre la causa de canonización del Santo Padre, que ha dado un paso más hacia la beatificación este fin de semana.

El sábado, Benedicto XVI aprobó un decreto que testifica las virtudes heroicas de Juan Pablo II. Para su beatificación, Juan Pablo II, que murió en 2005, necesita un milagro atribuido a su intercesión.

– Benedicto XVI ha aprobado las virtudes heroicas del Papa Juan Pablo II y se habla de que el anterior Papa podría ser beatificado ya el próximo mes de octubre. ¿Hasta qué punto resulta excepcional para una figura avanzar tan rápidamente en el proceso de canonización?

Carl Anderson: Realmente resulta excepcional que la causa de una persona avance tan rápidamente, pero no es algo que no tenga precedentes en casos verdaderamente extraordinarios.La causa de la Madre Teresa también avanzó muy rápidamente. Pienso que la clave de ambos, Juan Pablo II y la Madre Teresa, fue ésta: los dos fueron conocidos en todas partes y aclamados mundialmente por su santidad.

No deberíamos olvidar los clamores de “santo subito” que resonaron en el funeral de Juan Pablo II.

En cuanto a la beatificación de Juan Pablo II, no me gustaría especular sobre el calendario de esta beatificación. Un evento así sólo llega después de un proceso, un cuidadoso proceso, que requiere tiempo, pero realmente las cosas están avanzando tan rápidamente como resulta prudente.

– Usted conoció a Juan Pablo II personalmente. ¿Qué es lo que más le impresionó del anterior pontífice?

Carl Anderson: El Papa Juan Pablo II fue inolvidable en varios aspectos. Era inequívoco que era un hombre muy santo, que amaba inmensamente a Cristo y que era el vicario de Cristo en la tierra, una función que él se tomó con mucha seriedad.Si su santidad era inequívoca, también lo era su aspecto humano. Tenía un gran sentido del humor y una mente muy brillante.

Cualquier persona que haya leído los escritos de Juan Pablo II sabe lo brillante que era y lo importante que era su fe.

Al conocerlo, me encontré un hombre consecuente con sus escritos. Un hombre con una profunda conciencia y compasión por la humanidad, por su prójimo, por el futuro.

Era un hombre tan notable como persona como lo eran su pensamiento y sus escritos, y eso era lo que casi inmediatamente mostraba al pasar un rato con él.

– Muchos han analizado el pontificado de Juan Pablo II, y su impacto en la Iglesia y en el mundo. Pero el proceso de canonización debe hacerse con la santidad personal del último pontífice. ¿De qué manera puede usted dar fe de la santidad personal de Juan Pablo II?

Carl Anderson: Yo pienso que el impacto de Juan Pablo II en la Iglesia y en el mundo son resultado directo de su santidad.

Él entendía que la fe era algo que necesitaba ser predicado, algo que había que presentar a la gente para crear una sociedad justa en la que la dignidad de todas las personas -nacidos y no nacidos, jóvenes y mayores, ricos y pobres- fuera tomada en serio y protegida.

Él llevó su fe para relacionarla con el mundo, con notables resultados.

También condujo con el ejemplo. Juan Pablo tenía una profunda vida de oración, y una verdadera relación con Cristo. Su amor por Dios y por su prójimo resulta evidente en cualquier página de sus escritos que uno pueda leer.

En los últimos años de su vida, y, de hecho, empezando con el intento de asesinato en 1981, fue un hombre que a menudo tenía sufrimientos físicos, pero testimonió el amor y la esperanza a pesar del dolor.

Continuó diciendo Misa, encontrándose con la gente, predicando, sin importarle lo enfermo que estuviera, y cuando estuvo demasiado enfermo como para ser visto en público, mostró al mundo de qué bonita manera se puede morir cuando se está preparado para encontrarse con Dios como un siervo bueno y fiel.

– Se ha dicho que el último pontífice realizó cientos de milagros, ¿es eso cierto?

Carl Anderson: Como el proceso de santidad continúa, la Congregación para las Causas de los Santos seguro que revisará la evidencia y si ha ocurrido un milagro, lo certificará. Creo que poca gente se sorprenderá si nos enteramos de que Juan Pablo II todavía nos está cuidando desde el cielo.

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ZENIT Staff

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