La unidad de los obispos da fuerza a la voz de la Iglesia en una democracia

Afirma el Papa al encontrarse con un grupo de obispos estadounidenses

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 28 mayo 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II pidió este viernes comunión entre los obispos de Estados Unidos para dar fuerza al testimonio público de la Iglesia en el contexto democrático.

«Estad más unidos que nunca en espíritu, trabajando incansablemente para que los fieles que se os han encomendado sean testigos de esperanza, heraldos del Reino de Dios y constructores de esa civilización del amor que responda a las más profundas aspiraciones del corazón humano», afirmó el Santo Padre a un grupo de prelados de ese país.

Se trataba de los obispos de Indianapolis, Chicago y Milwaukee que con su encuentro con el Papa concluían su quinquenal visita «ad limina apostolorum» a Roma.

«En el ejercicio cotidiano de vuestro ministerio de enseñar, os aliento a hacer lo posible para que la espiritualidad de comunión y misión encuentre su expresión en un sincero compromiso por parte de cada creyente y de cada una de las instituciones de la Iglesia por proclamar el Evangelio como única respuesta válida a los problemas y esperanzas que plantea la vida a cada persona y a la sociedad», afirmó.

«La profesión de la religión católica exige de cada fiel un testimonio consistente de la verdad del Evangelio y de las exigencias objetivas de la ley moral», recordó.

El Santo Padre agradeció a los obispos los esfuerzos que han hecho «tanto individualmente como a través de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos» para «ofrecer su contribución a una discusión informada y respetuosa sobre las importantes cuestiones que afectan a la vida de vuestra nación».

«En este sentido, la luz del Evangelio ha servido para iluminar cuestiones sociales controvertidas como el respeto por la vida humana, problemas de justicia y paz, inmigración, defensa de los valores familias y de la santidad del matrimonio», aseguró

«Este testimonio profético, presentado con argumentos articulados no sólo con las convicciones religiosas que comparten los católicos con muchos de los estadounidenses, sino también con los principios de la recta razón y de la ley, es un servicio significativo al bien común en una democracia como la vuestra», concluyó.

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ZENIT Staff

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