Nepal: Se temen represalias contra cristianos tras la «ejecución» de 12 nepalíes en Irak

Aunque el crimen fue cometido por extremistas musulmanes

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KATMANDÚ, miércoles, 1 septiembre 2004 (ZENIT.org).- Después del ataque contra dos mezquitas en Katmandú (Nepal) en represalia por el asesinato de doce ciudadanos nepalíes a manos fundamentalistas islámicos en Irak, las iglesias cristianas en la capital nepalí corren también peligro de ser objeto de venganza.

Los manifestantes protagonistas de protestas en Katmandú por este crimen también «acusan a los Estados Unidos de ser responsables de la muerte de los rehenes porque estaban trabajando para ellos en Irak».

Y en Nepal se considera a los Estados Unidos «una nación cristiana», razón por la que «la gente acusa a todos los cristianos de lo que ha ocurrido» a los secuestrados, explicó a «AsiaNews» el padre Justin, sacerdote nepalí de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, en la capital.

«No salimos de nuestra parroquia porque las autoridades nos han dicho que no lo hagamos, es peligroso –reconoció–. Esta noche muchas personas han rodeado los edificios de la parroquia. También varias iglesias protestantes han sido cercadas por los manifestantes».

Pero ya se trate de católicos o de miembros de otras religiones, «todos somos nepalíes. Participamos todos del mismo dolor de las familias de estos fallecidos. Protestamos contra la brutalidad de este acto inhumano. La religión no tiene nada que ver con lo ocurrido», subrayó el sacerdote.

Miles de personas se echaron a las calles de Katmandú al conocerse el asesinato, perpetrado el martes, de doce trabajadores nepalíes –secuestrados el 20 de agosto– en Irak a manos del grupo extremista islámico «Ansar al-Sunna».

Este miércoles, Juan Pablo II expresó su «enérgica condena por la bárbara ejecución» de los doce ciudadanos nepalíes, constatando que «en el atormentado Irak no se rompe la cadena de ciega violencia que impide un pronto regreso a la convivencia civil»

En la capital nepalí se ha impuesto el toque de queda por los disturbios que también han llevado a que dos mezquitas fueran atacadas y parcialmente incendiadas por una multitud, en su mayoría formada por jóvenes.

Los lugares de culto –Jama Masjid e Takie Masjid— se encuentran en el corazón de la capital, no lejos uno de otro, cerca de una comisaría de policía, cuya intervención impidió daños mayores. La de Jama es el principal templo musulmán en Katmandú. Además han sido atacadas agencias de empleo y edificios gubernamentales.

Los manifestantes acusan a las autoridades de Katmandú de no haber actuado a tiempo para conseguir la liberación de los rehenes.

Por su parte, el Ejecutivo ha decidido abrir una investigación sobre el funcionamiento de «Moonlight Consultancy», la agencia que contrató a los trabajadores nepalíes. Las familias de las víctimas han declarado que éstas se encontraban ilegalmente en Irak contra su voluntad; afirman que los doce nepalíes habían firmado un contrato para trabajar en Jordania, pero que fueron privados de sus pasaportes y enviados a Irak.

En el país, de unos 25 millones y medio de habitantes los hindúes forman el 86,2% de la población, los budistas el 7,8% y los musulmanes el 3,8%. Los cristianos son medio millón, de los que seis mil son católicos.

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ZENIT Staff

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