Obispos de Bolivia: «Diálogo y bien común»

LA PAZ, miércoles, 5 septiembre 2007 (ZENIT.org).- Publicamos el comunicado emitido por monseñor Jesús Juárez P. s.d.b., obispo de la Diócesis de El Alto, secretario general de la Conferencia Episcopal Boliviana con el título «Diálogo y bien común».

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«Les ruego, hermanos, en el nombre de Cristo Jesús, nuestro Señor, que se pongan de acuerdo y superen sus divisiones…». (I Cor 1, 10)

Los Obispos de Bolivia, reunidos en Trinidad, en ocasión de la Consagración Episcopal de nuestro hermano Mons. Francisco Focardi o.f.m., Obispo Auxiliar del Beni, ante la situación general del país, en actitud de pastores y en sintonía con las preocupaciones de nuestro pueblo, exhortamos a los hombres y mujeres de buena voluntad, a redoblar esfuerzos para encontrar espacios de pacífica convivencia, desarrollo y justicia, en un marco de libertad y democracia.

Asamblea Constituyente
El país ha depositado sus esperanzas en el proceso de cambio que vivimos: esto requiere capacidad de diálogo y concertación entre todos. Sin embargo, escenarios como el de la Asamblea Constituyente, nos expresan una permanente confrontación, radicalismos e intereses de grupo, elementos que la obstaculizan y la ponen en riesgo de fracasar. Reafirmamos nuestra esperanza de que este proceso culmine en resultados que permitan recobrar una vida con certeza de futuro y bienestar.

Conflicto por la sede de poderes
El sensible asunto de la sede de los poderes Legislativo y Ejecutivo, más allá de la legitimidad en su consideración, amenaza seriamente la unidad entre bolivianos. Es tiempo de recuperar la serenidad y debatir el tema con otros ánimos, levantar medidas radicales y condicionamientos, con el objetivo de buscar, ante todo, el bien común, el interés nacional y de las regiones.

Tribunal Constitucional
Otro factor de confrontación es el proceso que se sigue a cuatro magistrados del Tribunal Constitucional. Exhortamos a que se respete el debido proceso en el marco netamente jurídico.
La construcción de la institucionalidad es un objetivo ineludible del Estado. Ésta debe estar al servicio de la gente y de la vida en plenitud, y ser el refugio de los más débiles, tarea fundamental de la democracia que vivimos en Bolivia desde 1982.

Vida cotidiana
El país vive un clima de enfrentamiento de fuerzas que lo único que buscan es prevalecer, sin importarles el bien común. Mientras tanto, problemas que impactan la vida cotidiana de la ciudadanía, como el incremento del costo de vida, la falta de empleo, la creciente inseguridad ciudadana, no son debidamente atendidos por la comunidad política nacional, cuya confrontación e intolerancia provoca desorientación e incertidumbre en la población.

Interculturalidad y racismos
Bolivia ha tenido avances en el reconocimiento y valoración de su interculturalidad, proceso que puede verse afectado por actitudes radicales y racistas, impulsadas por intereses personales, de grupo o regionalistas que podrían conducir al país a divisiones profundas.

Exhortación y oración.
Invocando al Dios de la vida, los Obispos de la Iglesia Católica, acompañamos el caminar del pueblo y exhortamos a quienes tienen en sus manos, desde el Estado y desde la sociedad, la dirección del país, a despojarse de actitudes de confrontación, y en aras de construir una sociedad democrática con justicia social, inclusiva y participativa, recuperar el diálogo como el mejor instrumento para la convivencia pacífica y democrática de nuestro pueblo.
Invitamos a todas las personas de fe a unirse en oración ferviente para superar estos momentos difíciles y encontrar el camino de la reconciliación y unidad.

Mons. Jesús Juárez P. s.d.b.
Obispo de la Diócesis de El Alto
Secretario General
Conferencia Episcopal Boliviana

La Paz, 4 de septiembre de 2007.

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ZENIT Staff

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