Sudán: Decisivo encuentro de obispos católicos y anglicanos

Adoptan una posición común para alcanzar una paz justa

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ROMA, 28 agosto 2001 (ZENIT.org).- Los obispos católicos y anglicanos de Sudán se reunieron del 12 al 17 de agosto pasado, en Nairobi, para afrontar los problemas que presenta el diálogo con el mundo musulmán, predominante en muchas regiones del país.

El encuentro, que tuvo lugar por iniciativa del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, en colaboración con expertos del arzobispo de Canterbury, no pudo celebrarse en el país a causa del conflicto actual. Algunos de los prelados viven en el norte, donde gobierna el régimen islámico, mientras que otros se encuentran en el sur, dominado el movimiento para la liberación, que les impide viajar a la capital, Jartum.

El obispo Michael Fitzgerald, secretario del Consejo vaticano organizador, quien participó en el encuentro, ha revelado a los micrófonos de «Radio Vaticano», que el primer problema que se afrontó fue el de la dramática guerra que desde 1956 desangra al país con un paréntesis que duró desde 1972 a 1983.

Según datos manejados en la reunión, se calcula que unos tres millones de personas han perdido la vida a causa del conflicto, y unos seis millones se encuentran desperdigados por el país, tras haber huido de sus pueblos y casas. Otros muchos se encuentran refugiados en el extranjero.

Monseñor Fitzgerald constata que el descubrimiento de nuevos yacimientos petroleros en el país no ha hecho más que agravar la situación. «Este petróleo se encuentra en el sur, pero el gobierno de Sudán, que es del norte, controla la producción del petróleo con empresas extranjeras –canadienses, suecas, chinas–. De modo que los beneficios del petróleo dan la posibilidad al gobierno de potenciarse militarmente y continuar la guerra con armas más fuertes».

El encuentro concluyó con un comunicado dirigido a los representantes políticos de Jartum y a los líderes del movimiento de liberación del sur para exigir el alto al fuego inmediato, como condición para alcanzar una paz basada en la justicia, en el respeto de la diversidad de la identidad nacional. Es decir, que ofrezca un trato igual a los ciudadanos sudaneses, independientemente de su cultura, raza o religión.

En este programa para la paz, los obispos han hablado de la relación entre Estado y religión, y han dicho explícitamente que si la ley islámica, la «sharia», se impone en todo el país, no podrá haber paz. Piden, por tanto, la posibilidad de que cada población pueda determinar la ley que quiere seguir. Si esto no es posible, exigen la autodeterminación para algunas zonas de Sudán.

Por último, los líderes cristianos exigen pasos concretos hacia una convivencia democrática y una mejor distribución de las riquezas del país entre todos sus ciudadanos.

Asimismo el encuentro de representantes católicos y anglicanos ha dirigido un mensaje para pedir la ayuda en la obra de pacificación del país de Juan Pablo II, del doctor George Carey arzobispo de Canterbury, de Kofi Annan secretario general de las Naciones Unidas, de George W. Bush y de otras personalidades internacionales.

Por lo que se refiere al diálogo entre anglicanos y católicos, los obispos de las dos confesiones reconocieron que, si bien permanecen diferencias dogmáticas, ambos son cristianos y en temas tan importantes como la paz deben hablar con una sola voz.

Esta tarea de coordinación entre las dos confesiones ha sido encomendada a los dos arzobispos de Juba, al católico y al anglicano.

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ZENIT Staff

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