Uganda: Prosigue la mediación del arzobispo de Gulu con los rebeldes

Se perciben algunos signos de acercamiento

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ROMA, 25 julio 2002 (ZENIT.org).- El hombre clave en la delicadísima negociación entre el gobierno de Kampala y los rebeldes del Ejército de Resistencia del Señor (LRA), el arzobispo John Baptist Odama, se juega su propia credibilidad en el intento de devolver la paz en los distritos de Acholi (Uganda), devastados por 15 años de feroces incursiones de los milicianos dirigidos por Joseph Kony.

El presidente ugandés Yoweri Museveni decidió confiar esta mediación con los rebeldes del Ejército de Liberación del Señor (LRA) al arzobispo católico de Gulu (norte de Uganda).

La delegación encabezada por el prelado ya ha tenido un primer encuentro con algunos comandantes rebeldes. Mientras, en los constantes desplazamientos de monseñor Odama a la capital, se han mantenido reuniones de alto nivel con el gobierno de Kampala.

Sin entrar en detalles a fin de salvaguardar la marcha de las negociaciones, la agencia misionera MISNA ofrece las últimas declaraciones de monseñor Odama: «Es pronto para hacer balances de esta primera parte de las conversaciones –explica en conversación telefónica –. Nos empeñamos en reforzar los contactos con la guerrilla. Pero no pretendo, en esta fase, expresar opiniones sobre la marcha de las negociaciones. No deseo correr el riesgo de hacer crecer las expectativas entre la población, que después podría desilusionarse».

Sobre la posibilidad de que las negociaciones estén dando fruto, el arzobispo de Gulu constató que el miércoles «los guerrilleros del LRA liberaron a una treintena de madres con sus hijos. Esperamos capitalizar este tipo de acciones, que son muy importantes en esta fase» .

En el curso de una negociación, explica el prelado, también se pueden lanzar mensajes a través de gestos simbólicos, como es la liberación de mujeres y niños retenidos durante años al servicio de los rebeldes. «Hay que saber leer entre líneas», añade.

De todas maneras este jueves, en otras zonas del norte de Uganda, las bandas criminales del LRA volvieron a llevar a cabo saqueos.

La misión «diplomática» confiada por el presidente Museveni para negociar con los rebeldes implica también a la Iglesia protestante. «En este período, hemos tenido buenas oportunidades de estrechar relaciones ecuménicas», observa monseñor Odama.

Elegido el pasado abril presidente de ARLPI (Acholi religious leaders peace initiative), la asociación interreligiosa más importante del norte de Uganda, el arzobispo de Gulu subraya «la importancia del diálogo con la comunidad musulmana», también incluida en la organización.

En este momento, la diócesis de Gulu, con 850.000 habitantes –la mitad de ellos católicos–, vive con alegría la proximidad de la beatificación de dos jóvenes de Acholi, ceremonia que tendrá lugar en Roma el mes de octubre.

David Okeldo y Gildo Irwa, dos jóvenes catequistas laicos, fueron asesinados en octubre de 1918 en Paimol, al norte del país. Con 19 y 21 años de edad, demostraron dedicación y compromiso en el servicio misionero entre su propio pueblo, sólo tres años después de la evangelización iniciada en la región por los combonianos en 1915.

«Serán los patronos de nuestra diócesis –afirma monseñor Odama–. Desearía que nos concedieran el don de la paz. A ellos pedimos desde este momento ayuda en nuestro camino de reconciliación y perdón».

Y es que el conflicto entre el LRA y el gobierno no es el único en la región: «Estos años de inseguridad han creado muchos problemas de convivencia. Debemos empeñarnos en trabajar también por la resolución de estos enfrentamientos, sociales y de otro tipo. La Iglesia está comprometida en primera línea en este proceso», declara el arzobispo de Gulu subrayando el papel activo de los misioneros en este camino.

«Hay mucho que hacer en nuestra región. Por ello nuestro empeño no puede estar más que orientado a la paz», concluye monseñor Odama.

El Ejército de Resistencia del Señor lucha con las armas por la creación de un Estado basado en la observancia de pretendidos conceptos «bíblicos». Para alcanzar este objetivo, sin embargo, no duda en emprender acciones criminales contra la población civil, con secuestros de niños y mujeres.

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ZENIT Staff

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