Un párroco mexicano y tres colaboradores golpeados por militares

Protesta de los obispos

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MATAMOROS, miércoles, 20 febrero 2008 (ZENIT.orgEl Observador).-  El obispo de Matamoros, monseñor Faustino Armendáriz Jiménez, ha manifestado su indignación por los acontecimientos recientes en los que elementos del ejército mexicano golpearon y robaron al párroco de Nuestra Señora de Guadalupe, en San Fernando (Tamaulipas), el padre Guadalupe Barbosa Cruz, y a tres colaboradores de la misma parroquia.

El ejército patrulla constantemente esta zona fronteriza para hacer presencia en la lucha contra el narcotráfico, que tiene en Tamaulipas uno de sus principales bastiones en la distribución de droga hacia los Estados Unidos.

El obispo Armendáriz Jiménez, expresó su apoyo a las labores del ejército, pero manifestó su profunda indignación ante los acontecimientos recientes en los que los cuatro servidores parroquiales «fueron brutalmente golpeados sin causa alguna al llegar a un retén de soldados; sin pedirles identificación, fueron bajados y golpeados por largo tiempo, hasta que alguno de ellos les comunicó que uno de los agredidos era sacerdote».

«Afortunadamente –señaló el obispo de Matamoros– esto les valió para dejar la golpiza. Junto con esto, fueron despojados de sus pertenencias. Son hechos que esperamos y pedimos que no se vuelvan a repetir con ningún ciudadano, y las fuerzas armadas hagan lo correspondiente, contra elementos que cometen este tipo de atropello».

Por su parte, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), a través de un comunicado firmado por su secretario general, monseñor José Leopoldo González González, obispo auxiliar de Guadalajara, manifestó su repulsa ante este tipo de agresiones.

«En más de una ocasión, los obispos de México hemos manifestado nuestro apoyo a los gobiernos federal y estatal, y a las diferentes corporaciones que han trabajado en los Operativos Conjuntos en la lucha contra el flagelo del narcotráfico», señaló la CEM en su comunicado.

«Así mismo, subrayó, los obispos hemos manifestado la necesidad de una estricta vigilancia al respeto a la vida, dignidad y derechos de las personas. El combate al crimen organizado no justifica los crímenes que se cometen en contra de ciudadanos inocentes por parte de quienes deberían velar por su seguridad».

«Hoy queremos manifestar nuestra condena a estas acciones, y hacer un llamado a las autoridades correspondientes para que tomen las medidas necesarias para que hechos como estos no vuelvan a ocurrir. Expresamos también nuestra solidaridad a las personas afectadas, y brindamos nuestro apoyo a la Diócesis de Matamoros, y de manera particular al padre Guadalupe Barbosa Cruz, y a la comunidad a la que sirve en la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, en San Fernando, Tamaulipas», concluyó el comunicado de la CEM.

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ZENIT Staff

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