Urge la equidad en las relaciones comerciales entre países, recuerda la Santa Sede al G8

Comunicado del Consejo Pontificio Justicia y Paz

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 14 julio 2006 (ZENIT.org).- El Consejo Pontificio Justicia y Paz hace una llamada de atención a las grandes potencias –a punto de reunirse en San Petersburgo— para que se comprometan en la plena participación de todos los Estados en las negociaciones comerciales.

Así se desprende del comunicado del dicasterio –difundido este viernes– sobre los resultados de la Reunión Mini-ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), celebrada en Doha (Qatar) el 29 y 30 de junio.

Firma el documento el cardenal Renato Martino y el obispo Giampaolo Crepaldi, respectivamente presidente y secretario de ese dicasterio.

El texto –del que se hace eco el VIS («Vatican Information Service»)– lamenta que la reunión haya concluido dejando en suspenso las cuestiones principales, un hecho que contrasta con «la intensidad del compromiso demostrado por los negociadores y el personal de la OMC, de concluir Doha con un acuerdo general».

El Pontificio Consejo Justicia y Paz reconoce la complejidad de ese compromiso «debido a la dificultad objetiva de mediar entre tantos Estados con intereses diferentes y expectativas», pero también las esperanzas que encierra, por las que manifiesta su aprecio.

El tema principal de Doha, «la equidad en las relaciones comerciales», ha sido, y sigue siendo, «una preocupación principal de la Santa Sede», se lee en el documento, que cita las palabras de Pablo VI, quien en su Encíclica «Populorum progressio» afirmó: «El comercio libre puede llamarse justo sólo cuando obedece a las exigencias de la justicia social».

El documento subraya la necesidad de regresar al espíritu que inspiró la Ronda de Doha de hace cinco años, cuando se llegó a una declaración conjunta «sobre el desarrollo y el alivio de la pobreza y al compromiso específico de mejorar la participación eficaz de los países menos desarrollados en el sistema comercial multilateral».

«Las semanas que los negociadores tienen ahora para alcanzar un acuerdo de cara a la conclusión positiva y eficaz de la Ronda, son una oportunidad única», observa el dicasterio.

Y manifiesta la esperanza de que la próxima reunión del G8 que se celebrará en San Petersburgo «desemboque en las decisiones políticas necesarias para transformar los puntos técnicos en puntos operativos».

«La urgencia particular de esta tarea no puede tomarse a la ligera, sobre todo teniendo en cuenta las serias repercusiones de las relaciones comerciales en los seres humanos y en su dignidad. Por eso, en las negociaciones comerciales se debe considerar siempre el impacto que éstas provocan en la familia humana», alerta.

Del 15 al 17 de julio la ciudad rusa de San Petersburgo acogerá la reunión de los jefes de Estado y de Gobierno del G8, el grupo de los ocho países más industrializados del mundo: Alemania, Canadá, los Estados Unidos, Italia, Francia, Reino Unido, Japón y Rusia

Se prevé la presentación de un mensaje conjunto de cristianos, musulmanes, judíos, budistas, hinduistas y sintoístas destinado especialmente a los integrantes del G8 –pero también para todos los creyentes–, fruto de los trabajos que realizó la semana pasada en Moscú la Cumbre Mundial de Líderes Religiosos –de medio centenar de países– (Zenit, 6 julio 2006).

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ZENIT Staff

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