Varias campañas internacionales intentan salvar la vida de Asia Bibi

La mujer cristiana condenada a la horca en Paquistán por “blasfemia”

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ISLAMABAD, martes 16 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Varias organizaciones de todo el mundo, tanto asociaciones católicas como grupos en defensa de los derechos humanos, han puesto en marcha campañas de presión para salvar la vida de Asia Bibi, la mujer cristiana paquistaní condenada a muerte por supuesta “blasfemia”.

Asia Bibi, joven madre de familia, fue acusada en 2009 por sus compañeras de trabajo por “hablar contra el profeta Mahoma”, un delito que en Paquistán, en virtud de la ley antiblasfemia vigente, puede conllevar penas de cárcel e incluso la muerte.

Esta mujer paquistaní, de 45 años y madre de cinco niños, fue condenada a la horca el pasado 7 de noviembre por un tribunal del Punjab.

La Iglesia en Paquistán, a través de la Comisión “Justicia y Paz”, ha puesto en marcha una campaña de presión para salvar la vida de Asia Bibi, y para pedir la abolición de esta ley, que según declara monseñor Rufin Anthony, obispo de Islamabad-Rawalpindi, a la agencia católica Asianews, supone una excusa para atacar a las minorías, especialmente a los cristianos.

Precisamente, la agencia Asianews ha puesto en marcha una campaña internacional para salvar a esta mujer, mediante el envío de cartas de protesta al propio Presidente del Gobierno de Paquistán, Asif Zardari. Por ahora, han hecho llegar unos 40.000 e-mails de todo el mundo.

También se han movilizado instituciones como Ayuda a la Iglesia Necesitada, que ha puesto en marcha otra iniciativa semejante en Francia e Italia, o la organización ciudadana española HazteOir, que ha convocado una reunión para rezar ante la embajada de Paquistán en Madrid.

En declaraciones a la agencia Fides, monseñor Bernard Shaw, obispo auxiliar de Lahore, la diócesis de Asia Bibi, hacía un llamamiento directamente al Papa Benedicto XVI para que interceda por ella, instando también a la comunidad internacional “a levantar su voz, a hacer presión y trabajar en todos los niveles para salvar a esta mujer, que es inocente”.

El obispo confesó esperar en la acción y en el movimiento de opinión pública de la sociedad civil paquistaní, “donde existen organizaciones cristianas y musulmanas que trabajan por la paz y la armonía, para enfrentarse al fanatismo religioso, para evitar la polarización entre las diversas comunidades”.

Para Peter Jacob, Secretario Ejecutivo de la Comisión “Justicia y Paz”, la condena contra Asia Bibi es “un auténtico ultraje a la dignidad humana y a la verdad”.

Ley sobre blasfemia

Monseñor Joseph Coutts, vicepresidente de la Conferencia Episcopal Paquistaní y decidido luchador por la abolición de la norma sobre blasfemia, afirmó por su parte que “el peligro viene del abuso de esta ley”.

“Pidiendo su abrogación, no queremos avalar a cuantos ofenden el nombre del Profeta – especificó –. Pero deploramos cuanto se está comprobando en la aplicación de la ley: cualquier excusa es buena, si se quiere hacer daño a un adversario o enemigo, se le acusa de blasfemia”.

“A menudo”, de hecho, “se ha comprobado que las acusaciones son totalmente falsas”.

La Iglesia pide la abolición de la ley, “pero en el Parlamento es difícil que esto suceda, en cuanto que toca un punto que suscita fuertes emociones”, reconoció. Si los líderes religiosos musulmanes “dicen que la ley sirve para proteger el honor del Profeta”, los políticos “sufren las presiones de los grupos islámicos radicales, y esto sucede también a nivel de autoridades locales y de la policía”, provocando una “fase de estancamiento”.

Solidaridad de las mujeres

Nankana, la ciudad de la mujer condenada a muerte, ha visto en estos días una manifestación de mujeres ante los edificios de las instituciones para pedir su liberación.

“En su caso – explicó a Fides Rosemary Noel, coordinadora nacional de las mujeres católicas – ha faltado una investigación tanto de la policía como del tribunal: por desgracia, es el juego del poder de los fuertes que machaca a los débiles”.

“En Paquistán los poderosos tienen fuerte influencia sobre los aparatos de las fuerzas de seguridad y sobre los aparatos judiciales, especialmente en los tribunales de primer grado. De ahí resultan juicios no transparentes o manifiestamente injustos. Además está la fuerza de la mayoría que aplasta a las minorías: y los cristianos sufren doblemente”.

La musulmana Saman Wazdani, activista por los derechos humanos, ha reconocido que “existe la urgencia de abrogar la ley sobre la blasfemia”, pero también de “una reforma completa de las estructuras judiciales”.

Precedentes

Asia Bibi no es la única mujer cristiana en ser acusada de blasfemia, aunque sí la primera en ser condenada a muerte por este delito.

Entre las víctimas, Fides cita a Zaibul Nisa, de 60 años, liberada el pasado mes de julio tras 14 años de prisión. Acusada por un vecino de haber profanado el Corán, fue arrestada sin pruebas por las autoridades.

En mayo de 2007 algunas estudiantes musulmanas de una madrasa de Islamabad acusaron de blasfemia a algunas chicas del cercano Pakistan Institute of Medical Science. Las autoridades cerraron el instituto durante dos semanas, suspendiendo al director y a cuatro estudiantes cristianas. Según fuentes de Fides, la acusación es una forma de discriminar a las mujeres cristianas y negarles el derecho a la educación.

En junio de 2005, algunas hermanas de San Pablo de Karachi que tienen una librería cristiana fueron acusadas de blasfemia porque, según algunos musulmanes, los CD y los videos que se venden eran blasfemos y se usaban para hacer proselitismo. Las monjas han sufrido varias veces intimidaciones y amenazas.

Para adherirse a la campaña puesta en marcha por Asianews, pinchar el siguiente enlace:

http://www.asianews.it/notizie-it/La-tua-firma-per-salvare-Asia-Bibi-e-il-Pakistan-19997.html

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ZENIT Staff

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