El obispo Pierre-André Dumas, de Anse-à-Veau y Miragoâne, condenó “este último acto odioso y bárbaro que no respeta la dignidad de estas mujeres consagradas que se entregan de todo corazón y completamente a Dios para educar y formar a los jóvenes, a los más pobres y los más vulnerables de nuestra sociedad”.