CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 10 de febrero de 2010 (ZENIT.org).- Pronto se publicará en Internet, para acceso gratuito, una mole inmensa de documentos de la Santa Sede relativos a la segunda guerra mundial.

La iniciativa tiene lugar en respuesta por parte del Vaticano a una petición de la Pave the Way Foundation (PTWF) para digitalizar y publicar posteriormente 5.125 documentos de los Archivos Secretos Vaticanos, fechados entre marzo de 1939 y mayo de 1945.

Gary Krupp, fundador y presidente de la "Pave the Way Foundation", ha anunciado oficialmente a ZENIT: "las 'Actes et Documents du Saint Siège relatifs a la Seconde Guerre Mondiale' (Actas y Documentos de la Santa Sede relativos a la Segunda Guerra Mundial) serán disponibles muy pronto para el estudio mundial en línea, sin cobro alguno".

"Los documentos estarán disponibles tanto en la página web de la 'Pave the Way Foundation' (www.ptwf.org) como en la del Vaticano (www.vatican.va)", revela Krupp.

La "Pave the Way Foundation" es una organización surgida para eliminar los obstáculos entre religiones, fomentar la cooperación y acabar con el abuso de la religión para fines partidistas.

"En el desarrollo de nuestra misión, hemos constatado que el papado de Pío XII (Eugenio Pacelli) durante la segunda guerra mundial es un motivo de fricción provocando un impacto en más de mil millones de personas. La controversia se centra en si hizo lo suficiente para prevenir la masacre de judíos a manos de los nazis", reconoce Krupp, judío de Nueva York.

"Nuestra investigación ha revelado que cinco años después de la muerte de Pío XII, los servicios secretos soviéticos, el KGB, organizaron un complot para desacreditar a su enemigo, la Iglesia católica, llamado 'Seat 12'. Un sucio truco, que condenó al Papa Pío XII por su 'silencio' durante el Holocausto, basado en la obra de teatro 'El vicario' de Rolf Hochhuth, en 1963", añade el fundador.

El Papa Pablo VI, en 1964, pidió que un equipo de tres historiadores jesuitas, los padres Pierre Blet, Burkhart Schneider, y Angelo Martini, realizaran una intensa investigación para buscar documentos relevantes de los años de la guerra en la sección no abierta al público de los Archivos Secretos Vaticanos. Pocos años después, el sacerdote estadounidense Robert Graham se unió al grupo. Aquella investigación fue recogida en las actas que ahora serán publicadas en línea. El primero de los once volúmenes fue publicado en 1965, el último en 1981.

"En 1999, el cardenal Edward Cassidy creó una comisión especial de académicos judíos y católicos para estudiar conjuntamente los documentos. Esta iniciativa fracasó el 21 de julio de 2001 pues los profesores no eran capaces de leer los idiomas de los numerosos documentos. Publicaron una lista de 47 preguntas y exigieron la apertura de los archivos entre los años 1939 y 1958, a pesar de que no están todavía catalogados", informa Krupp.

Para abrir todos los documentos relativos a la segunda guerra mundial del Archivo Secreto Vaticano, la Santa Sede necesita terminar su catalogación: unos 16 millones de documentos

"En el cumplimiento de nuestra misión de hacer público el mayor número posible de documentos para eliminar este obstáculo entre judíos y católicos a la luz de la verdad documentada, nuestra Fundación pidió el permiso para digitalizar esta colección y ponerla a disposición de quien quiera estudiarla".

Gary Krupp, presidente de la Fundación añade: "Esta iniciativa busca simplemente mostrar con claridad los esfuerzos que desplegó Pío XII para mitigar el sufrimiento de tantas personas durante la guerra y que la 'leyenda negra' que ensució su nombre simplemente no es verdadera".

"Este acceso que estamos ofreciendo no pretende sustituir el pleno acceso a los archivos de la segunda guerra mundial, pero mostrará de una manera única los esfuerzos de Pío XII y los peligros que afrontó bajo la directa amenaza del régimen nazi", indica el fundador.

"Los Archivos Secretos Vaticanos concernientes hasta el año 1939, que fueron abiertos hace dos años y que muestran el 65% del ministerio de Pacelli, han sido irónicamente ignorados por los críticos que exigieron durante años su apertura", añade Krupp.

La "Pave the Way Foundation" agradece a la Secretaría de Estado y a la Librería Editora Vaticana "su confianza en nosotros al permitirnos este privilegio sin precedentes".

"Esperamos sinceramente que los historiadores internacionales estudien con mucha atención estos documentos. Esperamos que la digitalización de estas más de 9.000 páginas lleve unas cuatro semanas y cuando terminemos las publicaremos en Internet".

"Mientras tanto, ya hemos publicado en línea (www.ptwf.org) miles de documentos y vídeos de testigos para el estudio".

"Pedimos que los investigadores franceses, italianos y alemanes nos ayuden a traducir documentos al inglés y envíen este trabajo a la 'Pave the Way Foundation' para que pongamos la información al alcance del mayor número posibles de académicos para la investigación. También nos gustaría recibir todo tipo de comentarios, positivos o negativos, sobre el contenido de estos documentos", concluye Krupp.

Por Jesús Colina

Pío XII, el Papa que se opuso a Hitler

Por Piero Gheddo*

ROMA, miércoles 25 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- He leído con gran interés la biografía de Pío XII escrita por un historiador alemán, Michael Hasemann: “Pío XII. El Papa que se opuso a Hitler”. Mientras la Iglesia prepara la beatificación del gran siervo de Dios, este volumen hace justicia de las muchas calumnias y voces que acusan a Eugenio Pacelli de haber favorecido el acceso al poder de Hitler y de haber después callado frente a la Shoah de los judíos y d ellos campos de exterminio nazis.

Pío XII, como Nuncio en Alemania, estaba contra Hitler desde los años Veinte. De aquel loco fanático, que tenía carisma y movilizaba a las masas, no iba a venir nada bueno: sus informes a Roma y la acción que llevó a cabo en Alemania lo demuestran sin sombra de duda.

Después, como papa Pío XII (marzo 1939), había movilizado a la diplomacia vaticana y la red europea de diócesis, parroquias, institutos y entes religiosos católicos para poner a salvo a los judíos, y obtuvo, ya durante la guerra, centenares de miles de visados de ingreso para los prófugos de la Europa nazi en Argentina, Santo Domingo y otros países católicos de América Latina.

“Mientras tanto – escribe Hasemann – las potencias beligerantes no hicieron nada para impedir la Shoah. Muchos Estados, entre los cuales Suiza y Estados Unidos, rechazaron a los refugiados judíos, ¡hasta el punto de reenviarlos a Alemania, donde tomarían el camino de las cámaras de gas!Hasta que la Aviación aliada no hubiese sobrevolado Auschwitz en agosto de 1944, tomando fotografías detalladas de los hornos crematorios, no se tomó la molestia de bombardear las líneas ferroviarias que eran utilizadas para los transportes. El Papa callaba para poder actuar libremente, el mundo calló para legitimar su propia inacción”.

Y sin embargo ha habido una violenta campaña contra “el silencio” de Pío XII, pero nadie ha protestado contra el silencio de Roosevelt, Churchill, Stalin y ni siquiera contra el de la Cruz Roja, también ella en la misma situación del Papa: empeñada en la salvación de los prófugos del nazismo y obligada al silencio para poder salvar a los más posibles. Impresionante el número de los judíos salvados por intervención directa de la Iglesia católica en los diversos países de Europa ocupados por los nazis, según una investigación de archivos documentada hasta el escrúpulo por Pinchas Lapide, historiador israelí: entre 847.000 y 882.000, con números para cada país (Rumanía 250.000, Francia y Hungría 200.000, Italia 55.000, etc.).

Hasemann aporta muchas citas de solventes representantes del mundo judío, que durante más de 15 años después de la última guerra mundial competían para agradecer a Pío XII por todo lo que había hecho por el pueblo judío. Chaim Weizmann (futuro primer Presidente del Estado de Israel), ya en 1943 escribía: “La Santa Sede presta su poderosa ayuda, allí donde es posible, con el fin de aliviar la suerte de mis correligionarios perseguidos”.

En 1944, el rabino jefe de los judíos en Palestina, declaró: “El pueblo de Israel no olvidará nunca lo que ha hecho Su Santidad por nuestros hermanos y hermanas más desafortunados, en esta trágica página de nuestra historia. Es un testimonio vivo de la Providencia divina que actúa en el mundo”. El 21 de septiembre de 1945 el secretario general del “Congreso judío mundial”, Leon Kubowitzky, agradecía a Pío XII por “haber salvado a los judíos de las persecuciones fascista y nazi” y por “todo el bien que la Iglesia se ha esforzado en realizar y ha efectivamente realizado a favor de nuestro pueblo”. A las palabras, unía una donación de 20.000 dólares al Pontífice.

Al final de la guerra, Moshe Scharett, futuro segundo Presidente de Israel, fue recibido en audiencia por Pío XII y declaró: “Le dije que, en nombre del pueblo judío, era mi deber agradecerle, y a través de él a la Iglesia entera, por todo lo que habían hecho por salvar a los judíos en las distintas naciones”.

Raffaele Cantoni, presidente de la UCEI (Unione delle comunità ebraiche in Italia) declaraba en la posguerra: “seis millones de mis correligionarios fueron asesinados por los nazis, pero el número de las víctimas habría sido aún muy superior sin la intervención eficaz de Pío XII”. El 17 de abril de 1955 los judíos italianos proclamaron una “Jornada de agradecimiento” por el socorro prestado por el Papa. El 26 de mayo de aquel año la Orquesta filarmónica de Israel vino a propósito al Vaticano para ejecutar piezas de Beethoven en presencia de Pío XII, “en signo de gratitud del Estado judío por la obra realizada en favor de los perseguidos”.

Hasta principios de los año 60, por parte del mundo judío no hay sino voces favorables a la acción de Pío XII en ayuda de los judíos perseguidos por el Nazismo. ¿Por qué después se desencadenó la campaña contra este gran Papa, acusándolo de complicidad con el Nazismo en la persecución de los judíos?