En el encuentro, el pontífice recordó los momentos decisivos de la peregrinación a Roma: el momento en que se cruza la Puerta Santa, la visita a la tumba de los apóstoles. Además, estos peregrinos africanos irán después a Tierra Santa. Un recorrido de dos mil años de fe, explicó el obispo de Roma, que constituye un signo «para renovar la fidelidad en el camino que conduce a Cristo».
Los días de oración en los lugares cristianos de Roma y Palestina, deseó el pontífice, tendrán que ayudar a este grupo de peregrinos a regresar a su país con la voluntad de «trabajar sin descanso para edificar un mundo digno del hombre y digno de Dios, prestando atención a la justicia y la solidaridad».
ROMA, 24 agosto (ZENIT.org).- «En la JMJ de Manila era delegada en el Forum Internacional de los jóvenes y estaba en la tarima con el Papa. En Tor Vergata estaba lejísimos, no veía nada y he seguido todo con la radio pegada al oído. Pero ha sido también estupendo. Una gran emoción. Un entusiasmo inmenso. Me he sentido parte de una historia, de un pueblo. Como cuando estuve en peregrinación jubilar en Jerusalén: no me he sentido extraña, sino parte integrante de aquellos lugares y de la historia de la que hablan». Loris Concetta Calabresi, laica, encargada regional de la pastoral juvenil del Lazio (la provincia a la que pertenece Roma), es una «veterana». Estuvo también en Denver y en París.
ROMA, 24 agosto (ZENIT.org).- «Me parece que la alegría de estos jóvenes nos ha reconducido a uno de los significados originarios del Jubileo. De hecho, en la Biblia, el retorno a un orden en la justicia –y el Jubileo no es otra cosa que esto– es fuente de alegría para todos: no sólo para el pobre que se ve restituida una dignidad y una posibilidad de vida, sino también para quien ha acumulado indebidamente riquezas que no producen felicidad». Son palabras de Paolo Bizzeti, biblista y experto en pastoral juvenil, sobre la Jornada Mundial de la Juventud.
CIUDAD DEL VATICANO, 24 agosto (ZENIT.org).- Pocas horas después de que el gobierno de Estados Unidos anunciara la decisión de destinar fondos públicos a la experimentación con embriones humanos, la Academia Pontificia para la Vida ha publicado un documento en el que define como inaceptables desde el punto de vista ético estas investigaciones, pues no consideran al embrión como «un ser humano que tiene que ser respetado y tratado como persona». Y el primero de los derechos de una persona es la vida.