El gobierno de Nueva Zelanda aceptó acoger a Haji y su familia el pasado julio, tras negociaciones con las oficinas en Ginebra del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). La familia refugiada fue acompañada por un representante de ACNUR y al menos un guardia de seguridad, según informó un testigo.
Días antes, un representante de ACNUR, Frank Remus declaró a la agencia «Compass» que su oficina había pedido que la estancia de la familia en Asmara, la capital eritrea, fuera corta. Pero en ese momento todavía no había recibido el itinerario exacto del viaje que estaba siendo negociado por el Servicio de Inmigración neozelandés.
La salida de la familia fue demorada durante cerca de dos semanas cuando los funcionarios de inmigración yemenitas pusieron objeciones a que los refugiados tomaran un vuelo directo hacia Nueva Zelanda. Solamente cuando los billetes incluyeron una parada en Eritrea, las autoridades yemenitas accedieron a estampar el visado de salida en los pasaportes. La liberación de Haji se produce siete semanas después de que un tribunal le diera un ultimátum para que renegara del cristianismo y volviera al Islam, o afrontara la ejecución como apóstata. La apostasía es un delito capital bajo la ley islámica, la sharia, que vige en Yemen.
Haji, somalí que vive en Yemen desde 1994, se convirtió al cristianismo hace dos años y adoptó el nombre de George. Fue encarcelado el pasado enero y golpeado y maltratado durante dos meses por la policía de seguridad yemení, que intentó convencerlo de que renunciara a su conversión al cristianismo. Fue arrestado de nuevo en mayo y fue juzgado en junio por apostasía según el artículo 259 del código penal yemení.
Cuando las noticias del caso llegaron a la prensa internacional, las autoridades yemenitas detuvieron el proceso contra Haji. Fue transferido el 17 de julio a la cárcel de Inmigración de Aden hasta que se acabara de negociar su asentamiento gracias a la ayuda del ACNUR.
Amnistía Internacional adoptó a Haji como prisionero de conciencia en una «acción urgente» el 11 de julio, concluyendo que había sido «detenido solamente debido a sus creencias religiosas».