En una entrevista concedida a la agencia de la Santa Sede, Fides, el nuncio apostólico en Jerusalén, describe con duras palabras la situación actual en Tierra Santa: «Los muertos y la destrucción no sirven de nada ni para los israelíes ni para los palestinos».
«Todo lo que va en dirección de la paz es construcción del futuro; todo lo que va en dirección de la guerra es destrucción de ambos pueblos –explica el arzobispo–. La paz es un derecho de los pueblos y no puede ser sacrificada al orgullo de los políticos. Esta tierra es la que Dios ha elegido para revelar a los hombres su sabiduría: es necesario actuar iluminados por esta Sabiduría Divina.