CIUDAD DEL VATICANO, 13 nov (ZENIT.org).- El Jubileo del mundo agrícola, que concluyó ayer Juan Pablo II en el Vaticano, planteó interesantes interrogantes a la Iglesia católica: ¿está acabando el crecimiento demográfico con los recursos naturales? ¿Qué piensa la Iglesia de los alimentos transgénicos?

En el contexto de este Jubileo, autorizados exponentes de la Iglesia católica han ofrecido respuestas interesantes. Si bien se trata de temas científicos, sus orientaciones ofrecen pistas interesantes.

Ecología y demografía
Precisamente, al intervenir en la rueda de prensa de presentación del Jubileo para el mundo agrícola, el 7 de noviembre pasado, el presidente del Comité encargado de su preparación, monseñor Fernando Charrier, obispo de Alessandria, explicó que «La tierra, si se explota adecuadamente, es capaz de dar de comer y albergar al menos a doce mil millones de personas, y esto está en línea con la concepción de la iglesia sobre el desarrollo demográfico».

Citando el documento que ha servido para preparar este Jubileo del mundo agrícola, el obispo afirmó que «contrariamente a lo que se oye a menudo decir, los estudios más atentos han demostrado que la expansión demográfica no es la única ni la causa principal de la degradación ambiental, del subdesarrollo o del hambre en el mundo».

«No se puede aceptar --indica además el documento-- que en nombre de la expansión demográfica, usada como "chivo expiatorio", no se afronten las causas socioeconómicas y políticas reales de tantos males».

El texto, por el contrario, considera como «dañino e injustificado, tanto a nivel nacional como internacional, el lanzamiento de "campañas sitemáticas" contra la natalidad, sin respeto por la realidad moral de la fecundidad o por la identidad cultural y religiosa de los pueblos» Estos programas, explica, son más graves aún pues subordinan «las ayudas y la asistencia económica a la aceptación de semejante control demográfico».

Alimentos transgénicos
Respecto a los alimentos transgénicos, monseñor Fernando Charrier expresó cautela invitando, pues consideró que es una cuestión que tienen que responder, en primer lugar los científicos.

Tenemos que «esperar la respuesta de la ciencia» sobre su uso y sus eventuales riesgos, explicó.

Sobre este tema de las tecnologías aplicadas a la agricultura, ha intervenido también el obispo Diarmuid Martin, secretario del Pontificio Consejo Justicia y Paz. En una entrevista la agencia «Fides» declara que «el uso de la tecnología transgénica en agricultura, con el aumento cuantitativo y cualitativo de la producción, ha permitido precios accesibles de bienes de primera necesidad para muchísimas personas. Tanto es así que los términos del viejo debate sobre la relación entre crecimiento demográfico y recursos han cambiado radicalmente. Por tanto es necesaria una atenta valoración ética del problema»

«El Jubileo del mundo agrícola --ha declarado-- invita a reconsiderar la relación entre la humanidad y la creación. Es esencial un modelo de desarrollo fundado en la solidaridad. Si éste crea nuevas exclusiones --aclara--, si está fundado en la explotación económica, que usa los bienes de la tierra sólo para el beneficio, no está en línea con el diseño de Dios, que es modelo de armonía y unidad, que ha creado el universo para el bien de todos».