Los manifestantes, reunidos frente a la Universidad de Atenas, fueron convocados por el Movimiento Greco-ortodoxo Sotiria (ELKIS), y en su mayoría eran personas de avanzada edad, monjes y religiosas.
Sin embargo, los obispos ortodoxos llamaron a los fieles a respetar la visita. «Las reacciones de este tipo no son correctas. A los ojos de otros europeos podríamos aparecer como fanáticos religiosos y fundamentalistas», señalaron.