ROMA, 3 mayo 2001 (ZENIT.org).- Permanecer «firmes en la fe en un tiempo que cambia». Esta es la invitación que ha hecho el secretario general de la Conferencia Episcopal Italiana, el obispo Giuseppe Betori, al dirigirse a los delegados de la Acción Católica, el movimiento laical más numerosos de ese país, reunido en su congreso nacional del 27 al 30 de abril.

El obispo reconoció que «comunicar el Evangelio en nuestra cultura no es fácil» y que, por tanto, como laicos, es necesario «ser capaces de hablar sobre el Evangelio y dar razón de él, capaces de dialogar con el mundo de hoy».

El Congreso, celebrado en Roma, es una etapa hacia la Asamblea general. Un itinerario que implicará a ocho mil parroquias, con la participación de 180.000 adultos, 80.000 jóvenes y 150.000 adolescentes.

Con medio millón de miembros, la Acción Católica es la organización de laicos más numerosa del país. La rama italiana es también la más numerosa en el mundo.

El debate, centrado en los temas de formación, parroquia, diócesis, ciudad, paz, solidaridad, educación, asociacionismo, será lanzado en octubre, en las asambleas parroquiales. El testigo pasará luego a las asociaciones diocesanas, hasta febrero de 2002, y por último a la Asamblea nacional, los días 25 a 28 de abril del próximo año.

Al intervenir en el Congreso la presidenta italiana de la Acción Católica, Paola Bignardi, constató: este tiempo «desvela la fragilidad de nuestra fe. Nos hemos dado cuenta de en qué medida estaba ligada a tradiciones y costumbres, de cómo era dependiente de un modelo».

Por esto, añadió, ser cristianos hoy significa, sobre todo, resistir a las tentaciones de la «mundanización», de la «ritualización» y de la «burocratización» de la fe, recogiendo las «fecundas y positivas provocaciones», provenientes «de los desafíos del hoy».

La Acción Católica en Italia hunde sus raíces en 1867, año en el que dos jóvenes Mario Faniy Giovanni Acquaderni, crearon la Sociedad de la Juventud Católica Italiana, adoptando como programa el lema «Oración, acción, sacrificio». La asociación fue aprobada en 1868 por Pío IX. Fue establecida con el nombre y configuración actuales por el Papa Pío XI (1922-1939).