Fortea comenzó demostrando la existencia de los seres angélicos y de los diabólicos. «No se puede decir que no se cree en los espíritus porque no se ven. Es una contradicción: por su esencia, los espíritus no se pueden ver», apostilló.
Recordó que el exorcismo es un ministerio instituido por la Iglesia católica, aunque lamentó que tras el Concilio Vaticano II se hubiese abandonado en cierto modo su práctica. «En los últimos tiempos está retomándose, porque hay una demanda por parte de numerosos fieles», aclaró.
Fortea, experto también en psiquiatría, explicó que las posesiones diabólicas no son simples enfermedades mentales. Según el sacerdote, hay perturbaciones que ningún psiquiatra puede remediar, y que el exorcista «cura» pronunciando una oración sobre el afectado.
Para evitar la posesión diabólica, el sacerdote recomendó la vida de gracia, la confesión, la oración y la misa.