BARCELONA, 11 mayo 2001 (ZENIT.org).- El «ministro» de Salud de la Santa Sede ha recordado en España, donde acaba de entrar en circulación la píldora del día después, que los estudios científicos muestran que se trata de un fármaco abortivo.
El presidente del Consejo Pontificio de la Pastoral de la Salud, el arzobispo mexicano Javier Lozano, alentó el miércoles pasado en el marco de la inauguración del XII Congreso Nacional de Hospitales que se celebra en Barcelona que «hay que defender la vida a toda costa» y, en este sentido, esta píldora como «todo aquello que atenta a la vida no es lícitamente aceptable».
Ahora bien, reconoció que para comprender la posición de la Iglesia católica en esta materia es necesario comprender «la vida como un don que recibimos y que hay que defender a toda la costa».
La intervención del arzobispo en el Congreso sirvió para ilustrar el compromiso de la Iglesia católica en el mundo sanitario. En estos momentos, reveló, dirige 114.283 centros de salud, de los cuales 6.013 son hospitales.
El resto de instalaciones son asilos para ancianos, unidades de rehabilitación para toxicómanos, centros para huérfanos.
En este sentido, monseñor Lozano recordó que en algunos países, la mayoría africanos, como el Congo «todo el sistema sanitario depende de la Iglesia católica».
Monseñor Lozano consideró que la implicación de la Iglesia católica en el ámbito sanitario «continúa siendo necesaria», aunque indicó que «estaremos contentos cuando todos los Estados puedan asumir su papel, que es el de gestionar la salud pública de los ciudadanos».
