MILÁN, 5 julio 2001 (ZENIT.org).- Un grupo de treinta intelectuales, periodistas y científicos católicos han firmado un documento de seis páginas en el que se distancian de las organizaciones de protesta de los grupos antiglobalización. Y lanzan un eslogan: «¡No os conforméis!».
Se trata también de una respuesta al manifiesto suscrito por cuarenta asociaciones y ONG católicas ante la cumbre del G-8 de Génova «que –acusan los firmantes– con este nuevo escrito, corren el riesgo de hacer volver a los católicos a la situación de hace veinticinco años», es decir, una «subordinación a ideologías y eslóganes de grupos y movimientos políticos que nada tienen que ver con nuestra fe».
El documento ataca la postura de las asociaciones católicas italianas firmantes del manifiesto (entre ellas la Acción Católica de los Trabajadores Italianos y el Movimiento Cristiano de Trabajadores) porque, en su opinión, «los firmantes del manifiesto se alargan hablando de las materias más variadas, pero en ninguna parte se ha considerado necesario mencionar que Jesucristo es el único salvador del hombre y que este anuncio es su tarea fundamental».
Subrayan también que los firmantes cierran filas de modo acrítico con el «pueblo de Seattle» (los antiglobalización), tanto que , «por si fuera poco han eliminado todos aquellos temas que habrían podido diferenciarles del pueblo de Seattle». «No se dice una palabra -afirman- contra el aborto de masa, la eutanasia, los programas de esterilización colectiva en los países del tercer mundo, ni contra el uso experimental de la genética en seres humanos».
Pero la culpa mayor reside en la ideología del movimiento anti G-8 que –consideran- tiene su raíz en «un esquematismo ideológico, una brutalidad maniquea, un desprecio de la razón humana que son absolutamente irreconciliables con la positiva apertura a la búsqueda de la verdad a la que nos educa la experiencia cristiana». Para los firmantes, esto es consecuencia del componente marxista del movimiento antiglobalización, que llega «incluso a demonizar el desarrollo, la tecnología y la ciencia». Junto a ello, se da un «ecologismo que es casi un fanatismo religioso», culpable de «alimentar de manera irresponsable fobias colectivas», inspirado en una concepción pagana en antítesis con el cristianismo.
El documento recuerda cómo el progreso científico, tecnológico, cultural y económico han convertido en más habitable nuestro planeta. Y que los «países que están más abiertos al comercio tienen un crecimiento mayor que los que no lo están». Esto sin olvidar que «existen graves injusticias en el mundo».
En conclusión, los firmantes suscriben las afirmaciones del editorialista del «New York Times», Thomas Friedman, que define a los antiglobalización como «la coalición que quiere mantener pobres a los más pobres».
El manifiesto ha sido firmado por el momento por el padre Piero Gheddo, famoso misionero de PIME (Pontificio Instituto de las Misiones en el Exterior); por Tullio Regge, premio Einstein de Física; por veinte profesores e investigadores del Centro Italiano de Investigación (CNR); por
Luigi Amiconi, director de «Tempi», revista cercana a Comunión y Liberación; y por el periodista Antonio Gaspari.