CIUDAD DEL VATICANO, 8 julio 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II pronto cumplirá uno de los deseos acariciados desde inicios de su pontificado: elevar a los altares conjuntamente a un matrimonio.
Esta es una de las grandes sorpresas de la promulgación de decretos de la Congregación para las Causas de los Santos que tuvo lugar este 7 de julio, en presencia del Papa, con los que se abre el paso para la canonización de tres santos y la beatificación de otros diez siervos de Dios.
Entre los futuros beatos se encuentran Luigi Beltrame Quattrocchi (1880-1951) y Maria Corsini (1884-1965), una pareja de católicos de la ciudad de Roma.
Luigi fue vice-abogado general del Estado italiano, amigo personal de muchos de los políticos que tras la segunda guerra mundial impulsaron el renacimiento de Italia tras el Fascismo de Mussolini, como Alcide de Gasperi, o Luigi Gedda.
Maria Corsini era profesora y escritora de temas de educación, comprometida en varias asociaciones, como la Acción Católica Femenina.
Tres de sus cuatro hijos, que todavía hoy viven, participaron en la ceremonia de promulgación de los decretos de virtudes heroicas y del milagro atribuido a su intercesión, que les abren las puertas de la beatificación.
Al recordar ante el Papa el testimonio de esta pareja de futuros beatos, el cardenal portugués José Saraiva Martins, recordó durante la ceremonia de promulgación de los decretos: «Hicieron de su familia una auténtica iglesia doméstica, abierta a la vida, a la oración, al testimonio del Evangelio, al apostolado social, a la solidaridad hacia los pobres, a la amistad».
«Intimamente unidos en el amor y en los ideales cristianos, recorrieron juntos el camino de la santidad», concluyó.
La fecha de su beatificación no ha sido publicada todavía.