ROMA, 20 julio 2001 (ZENIT.org).- Soekor, la empresa petrolífera paraestatal de Sudáfrica, ha logrado negociar su expansión en Sudán, según afirma la Conferencia Episcopal de Sudáfrica (SACBC), en una nota hecha pública hoy, en la que denuncia la relación directa entre esta actividad y la guerra de “limpieza” que mantiene el Gobierno islámico de Jartum, en el sur, para despejar la tierra, con el fin de establecer explotaciones petrolíferas, cuyos ingresos faciliten el rearme del Ejército y la prolongación del conflicto.
El cardenal Wilfrid Napier, presidente de la SACBC, afirma: «Estamos muy preocupados por el hecho de que, mediante la negociación de nuevas concesiones en áreas que no han sido todavía ‘limpiadas’ de población, consideradas por el Gobierno de Jartum como disponibles, Sudáfrica contribuirá a la escalada del conflicto en Sudán. Esto es completamente contrario a la intención declarada de nuestro Gobierno de promover la justicia, la democracia y la paz en ese país”.
“Nuestra preocupación a este respecto -añaden los obispos sudafricanos- ha sido confirmada por la declaración de la ministra encargada, Susan Shabangu, desde Jartum, a principios de este mes, afirmando el compromiso del Gobierno sudafricano de aumentar las relaciones con Jartum en la áreas de extracción de petróleo y minería”.
“El petróleo es la clave de la guerra en Sudán -indican los prelados-. Durante nuestras visitas a Sudán vimos por nuestros propios ojos los resultados del traslado forzoso y el desplazamiento de decenas de miles de sudaneses meridionales, con el fin de construir campos petrolíferos y oleoductos libres de ataques. Otros miles más han sido asesinados o han muerto de hambre y enfermedades. Estamos convencidos de que el petróleo es una de las mayores causas de la guerra y un medio usado por Jartum para incrementar su capacidad militar”, dijo el cardenal Napier.
Los acuerdos de concesión a Soekor por parte de Jartum apoyarán a una de las partes en el conflicto de Sudán e incrementarán los sufrimientos de la población del sur de Sudán. También minarán el papel de mediación que el Gobierno sudafricano está desempeñando desde hace tiempo. Además, las compañías petrolíferas en general han sido apremiadas, por las organizaciones internacionales preocupadas, para que suspendan sus actividades en Sudán con el fin de ayudar al proceso de paz.
La SACBC se muestra profundamente preocupada por el hecho de que las compañías de Sudáfrica que compran petróleo a Sudán están trabajando contra la puesta en marcha de un efectivo proceso de paz.
El cardenal Napier pidió al ministro de Asuntos Mineros y de Energía, Phumzile Mlambo-Ngcuka, que intervenga para detener este apoyo a una parte del conflicto de Sudán, que ha sido seriamente acusada de haber cometido graves violaciones de los derechos humanos. “Dada nuestra experiencia bajo el régimen del apartheid -dijo-, deberíamos ser los últimos en apoyar a un gobierno que está en guerra contra su propia población”.
El ministro de Asuntos Exteriores de Sudán Osman Ismail estará al frente de una delegación gubernamental de Jartum que irá a Sudáfrica la próxima semana. Según las informaciones, la visita tiene como objeto firmar acuerdos de cooperación con Sudáfrica. La SACBC indica en su comunicado que se propone visitar a la delegación y presentarle claramente su posición.